El gigante cupífero El Pachón vuelve a encender alarmas rojas en San Juan. Altas fuentes gubernamentales reconocieron ayer a este diario que se redujo la planta de personal de la ex Xstrata, hoy Glencore, aunque difieren en el número: por un lado, hablan de que el plantel humano pasó de 80 a 50 personas; mientras que otra voz oficial hace mención a que se achicó de 66 a 54; y que las salidas fueron principalmente en las áreas de Geología y Administración. Los voceros locales de la compañía se llamaron a silencio. A esto se le suma que un año atrás los directivos hablaban de que en 2013 ya estaría presentada la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), algo que por estos días ni se menciona puertas adentro de la empresa y mucho menos en el Ministerio de Minería provincial.
Estos cimbronazos hicieron que por primera vez se dude sobre el futuro inmediato de la mina calingastina. ‘’Yo no hablaría de freno, pero sí de una evidente demora que no tiene plazos’’, apuntó Jaime Bergé, presidente de la Cámara Minera de San Juan. En tanto que desde el municipio, el jefe comunal, Robert Garcés, dijo que ‘’no sabemos como avanzará, pero no se puede hablar de que se cayó o se frenó. Es más, hoy (por ayer) inauguramos con el gerente de Relaciones Comunitarias de la empresa refacciones en una escuela de La Isla por 650.000 pesos’’.
Las razones de este traspié podrían escudarse en el cambio de manos que sufrió el proyecto, sin embargo hay actores del sector minero local que se inclinan por el impacto que ha generado el enrarecido ‘’clima de negocios’’ argentino que afectan la inversión extranjera: tiempos más acotados para la liquidación de divisas, tipo de cambio desfavorable y año electoral, entre otros. Este combo ya hizo estragos en proyectos como el sanjuanino Pascua-Lama, con el aumento de los costos y posterior demora; y el mendocino Potasio Río Colorado, que se desplomó y donde la firma brasileña Vale dejó a casi 6.000 trabajadores en la calle.
‘’Cada uno de ellos acarrea su historia, pero no dejan de ser síntomas importantes para que Glencore y cualquier otra empresa piense dos veces antes de invertir en la Argentina’’, como reconoció a este diario un encumbrado empresario minero. ‘’Estos son dos ingredientes que pueden haber impactado. Pero ojo, en todo el mundo la minería no pasa por su mejor momento’’, comentó Garcés. En este sentido, los precios de los commodities no son los mejores y el contexto económico mundial, con Europa a la cabeza, es poco alentador para inversiones de este volumen.
En medio de estas voces que alimentan la incertidumbre de El Pachón, sí hay algo oficial que salió de la boca del propio Iván Glasenberg, presidente ejecutivo de la recién fusionada Glencore-Xstrata, apenas tomó posesión: ‘’No se va a abrir ninguna botella de champaña’’. Tras cartón, aventuró un plazo de 100 días para una ‘’restructuración’’ de todas las terminales del planeta. En otras palabras, Glencore empezará por deshacerse de directivos y activos que no le suman a la compañía y que, por el contrario, engordan los gastos, explicaron fuentes confiables a este diario.
