La infanta Elena, la hija mayor de los reyes Juan Carlos I y Sofía de España, y Jaime de Marichalar oficializaron ayer su divorcio tras dos años de separación, informaron sus abogados, Jesús Sánchez Lambás, por parte de doña Elena, y de Cristina Peña, en representación de Marichalar en un comunicado conjunto.

El comunicado precisa que la infanta y Jaime de Marichalar han suscrito el convenio regulador de los efectos de su divorcio "de mutuo y común acuerdo".

Las fuentes jurídicas que participaron en este proceso explicaron que ya se inició el trámite del convenio a través del correspondiente juzgado y han subrayado la necesidad de no desvelar los términos concretos del acuerdo para proteger a los hijos, menores de edad.

Bajo un marcado margen de armonía, el trato al que llegaron es similar a de cualquier otro matrimonio divorciado de mutuo acuerdo, con el mismo convenio regulador en las visitas a los niños y lo concerniente a la pensión que Jaime de Marichalar deberá pasarle a la Infanta en concepto de manutención.

Los Duques de Lugo se conocieron en 1987 en París, cuando Elena se fue a a estudiar literatura francesa y mantuvieron un noviazgo con la más estricta discreción. Se casaron en la catedral de Sevilla el 18 de marzo de 1995, ante 1.300 invitados y representantes de 33 casas reales. Ese día el Rey le concedió a Elena, el título de duquesa de Lugo, que no es hereditario. Fue la primera boda real que se celebraba en España desde el 31 de mayo de 1906, cuando Alfonso XIII se casó con Victoria Eugenia de Battemberg.

El 17 de julio de 1998 nació su primer hijo, Felipe Juan Froilán, primer nieto de los Reyes, y el 9 septiembre de 2000, su hija Victoria Federica. El 13 de noviembre de 2007 la Casa del Rey confirmó que los Duques de Lugo habían decidido "el cese temporal de la convivencia de mutuo acuerdo".

Según fuentes de la familia real, la prolongación de esta "separación de hecho" tiene que ver con varios motivos. Uno de ellos es que no se quería dar imagen de precipitación. Para doña Sofía era prioritario mantener la esencia de la Institución.

Los duques se establecieron en París después de contraer matrimonio y dos años después se trasladaron a Madrid, ciudad en la que nacieron sus dos hijos.

Desde su separación de hecho, la infanta, como miembro de la Familia Real, ha continuado representando a la Corona en distintos actos oficiales y desarrollando su trabajo, desde julio de 2008, como directora de Proyectos Sociales de la Fundación Mapfre. Es licenciada en Ciencias de la Educación. Jaime de Marichalar pertenece a una aristocrática familia castellana, vinculada desde antiguo a la Monarquía. Su abuelo, Luis de Marichalar y Monreal, vizconde de Eza, fue ministro del Ejército y Marina durante el reinado de Alfonso XIII.

Pero el divorcio no es la solución final, según advierten los expertos. La Infanta es miembro de una monarquía católica, apostólica y romana, y contrajo matrimonio por la Iglesia; su condición de divorciada no le permitiría rehacer su vida dentro de la doctrina católica. La única solución es pedir la nulidad ante los ojos de la Iglesia. El único precedente hasta la fecha de nulidad matrimonial de un miembro de una monarquía católica es el de Carolina de Mónaco y Philippe Junot. El Papa tardó nada menos que 12 años en aprobarla.