Aman la tierra en la que viven, a pesar de que no son sanjuaninos de nacimiento. Trabajan sin parar para que cada una de las personas que se cruza en su camino adquiera un nuevo conocimiento, y sienten orgullo de pertenecer a la orden religiosa más antigua que hay en San Juan: los dominicos. Ellos son Pablo Condrac, Juan Pedro Gómez y Luis Lenzi (ausente en la foto), los frailes que actualmente están a cargo del Convento de Santo Domingo y que le enseñan a más de 900 chicos y hasta a los alumnos del Seminario. Los religiosos contaron que a través de su tarea de educadores hacen que la orden siga de pie en San Juan. El próximo lunes, los dominicos cumplen 800 años en el mundo y acá habrá festejos a partir del sábado (ver aparte).
La orden Dominicana fue la primera que se instaló en suelos sanjuanino. Después, lo hicieron los Mercedarios, los Agustinos y los Jesuitas. Los dominicos crearon su convento en Concepción en 1590, sin embargo, en 1593 se trasladaron a un terreno ubicado en Libertador y Entre Ríos, que es donde actualmente funciona la parroquia, el convento y la escuela Santo Domingo. Desde los inicios, los frailes de esta orden tuvieron la función de ser educadores. Es por esto que también son conocidos como la orden del Predicador. En San Juan empezaron con un papel activo de formadores, en 1732. Ese año crearon una casa de estudios para niños y actualmente, es ese legado el que continúan estos frailes.
‘Somos la orden más antigua que está presente en San Juan y somos una comunidad muy alegre. El rol de los dominicos es predicar y nosotros predicamos enseñando. Tenemos, además de las actividades apostólicas, la responsabilidad del Colegio, donde hay más de 900 alumnos, en los tres niveles: jardín, primario y secundario. Ahí, enseñamos a los chicos y le damos contención espiritual, a las familias y hasta al personal que ahí trabaja. Además, damos clases en el Seminario Arquidiocesano, preparando a los futuros sacerdotes de San Juan. También estamos la Universidad Católica de Cuyo enseñando Teología y participamos en retiros, charlas y formaciones a jóvenes, cada vez que nos requieren‘, dijo Pablo Condrac, el fray tucumano que dirige el convento sanjuanino. Los otros dos religiosos son de Buenos Aires. Así, entre canciones de alabanzas, misas, clases y charlas informales, ellos predican su palabra. Y orgullosos de ser parte de esta orden, se vuelven maestros de miles de personas todos los días.
