En 1816, el general Güemes (mientras estaba al frente de la Intendencia de Salta y ejercía el cargo de Comandante General de Avanzadas que le asignó el general San Martín) creó el batallón Los Infernales, integrado por gauchos y aborígenes vestidos de rojo que con lanzas y boleadoras lograron detener y repeler al poderoso ejército español en su intento de llegar a Buenos Aires para retomar el poder. Este escuadrón vestía de rojo y era reconocido por su habilidad en el campo de batalla, gracias a los simulacros de guerra organizados por Güemes para su entrenamiento. Estos soldados fueron diestros en el tiro del lazo a la carrera, en hacer fuego manteniéndose sobre la cabalgadura y en echar pie a tierra para maniobrar como infantería, haciendo evoluciones rápidas. Los gauchos de Güemes fueron comparados con los mejores batallones de caballería del mundo.
