Los clásicos son inoxidables. Y los juegos de kermés se convirtieron en una especie de furor entre los chicos que asisten a la colonia de Campo Afuera, Albardón. Es que más allá de lo que hacen en todas las colonias, deportes, pileta o actividades plásticas, allí también se vuelven locos con el palo borracho, los relevos, la cinchada, la carrera de tres pies o la de una pelota entre dos cabezas. Tanto les gustan, que hasta piensan en organizar una especie de feria de kermés con todos los juegos disponibles para que los chicos vayan disfrutando en diferentes estaciones.

"En todas las colonias hay algo que cada año, por alguna causa, es lo que más les gusta a los chicos. En la nuestra, como no tenemos una pileta grande, ya en los primeros días propusimos juego de kermés. Los niños se divirtieron tanto esa primera vez, que después ellos mismos fueron pidiendo nuevos juegos. Así que se convirtieron en una actividad fija cada día’, contó Marcos Zamora, coordinador de la colonia albardonera, que se desarrolla en el CIC de Campo Afuera.

Los gritos y las risas de los niños se entremezclaron mientras sus compañeros apoyaban la frente sobre un palo y empezaban a dar círculos, para salir mareados a darle el turno a otro del mismo grupo. En otro sector, medían fuerzas en una cinchada, mientras que quienes jugaban al palo borracho luego empezaron a correr de a dos tratando de coordinar sus piernas atadas con una totora plástica, siempre divertidos y sin parar de gritar o aplaudir.

Pero no todo eran juegos de kermés. Como en el CIC no hay una piscina, instalaron dos piletas de lona, en un jardín del complejo y bajo unos arboles. Allí, para poder aprovechar al máximo los juegos en el agua y la falta de espacio, los chicos habitualmente separados en grupos y durante cada mañana hay tres turnos de pileta, que duran entre 30 y 40 minutos.

Los varones que estuvieron en el agua pasaron después a jugar un partido de fútbol. Las nenas, en tanto, prefirieron armar rompecabezas o divertirse con diferentes juegos de mesa, mientras que otro grupo bajó las revoluciones con actividades plásticas, para las cuales se desplazaron a un salón del CIC. Ayer, los chicos estuvieron muy entusiasmados armando autos inspirados en el Dakar, con envases tetra brick de distintas bebidas, pintados con aerosol.

"Los niños se prenden en todas las actividades que les proponemos. Constantemente están entusiasmados y con ganar de jugar o aprender cosas. Es lo más lindo que tiene la colonia’, contó Zamora.