A pocos días del recambio legislativo del 10 de diciembre, las cuentas que saca el kirchnerismo para tener peso mayoritario en la Cámara de Diputados no le garantizan resultados tan favorables como en años anteriores.

De las 116 bancas que tenían antes de las elecciones legislativas de junio pasado, el kirchnerismo propiamente dicho (Frente para la Victoria) contará ahora con 86 diputados nacionales a partir del periodo de sesiones ordinarias del año que viene.

Según un relevamiento nacional realizado por DIARIO DE CUYO, ni los cálculos más optimistas que puede esperar el kirchnerismo a la hora de sumar aliados extrapartidarios le garantizarían el preciado quórum de 129 diputados nacionales, equivalente a la mayoría absoluta de la Cámara Baja.

Según las cuentas más favorables, entre aliados fieles y algunos que brinden apoyos condicionales o eventuales, el kirchnerismo puede sumar unos 38 diputados a los 86 de su partido. Aún así, llegaría a 124. Lejos de la mitad más uno (129) necesaria para garantizar el tratamiento de leyes en la Cámara Baja (257 diputados en total).

Para conseguir el mayor respaldo posible, el kirchnerismo deberá seducir a centroizquierdistas con proyectos de matices progresistas, como así también a legisladores de provincias que necesiten ayuda del Gobierno nacional.

Sólo así puede aspirar a torcerle la muñeca a una oposición que, sumando a los sectores más duros, reúne unos 118 diputados nacionales, un número que tampoco alcanza para llegar al quórum.

Parte de esa oposición son los 34 diputados del Peronismo Federal, entre los que se encuentran Francisco de Narváez y Felipe Sola, quien espera sumar el respaldo del sanjuanino Mauricio Ibarra.

Entre los otros anti K más representativos cuentan los 42 radicales, 19 de la Coalición Cívica y 15 del PRO, del gobernante porteño Mauricio Macri, entre otros.

Estrategia K

Tras el duro revés electoral del 28 de junio de 2009, el kirchnerismo espera ahora asegurarse, en el mejor de los casos, los respaldos de 38 extrapartidarios.

Entre sus 17 aliados más fieles, aparecen los siete santiagueños que responden al gobierno provincial del radical Gerardo Zamora. En esa línea también se encolumnan los tres legisladores del oficialismo de Neuquén (Movimiento Popular Neuquino), un partido que supo tener una fuerte enemistad con el kirchnerismo.

A su vez, el bloque K contará con el respaldo de tres diputados de la antigua concertación de cobistas y kirchneristas, además del porteño Carlos Heller, que se unirá al socialismo K.

Entre esas adhesiones que el kirchnerismo da por seguras, también aparecen los cuatro radicales vinculados al oficialismo local de Corrientes, aunque uno de ellos (Lucio Aspiazu) es del sector ruralista, enfrentado al Gobierno nacional. El apoyo correntino se vio más reforzado aún cuando el gobernador electo de la provincia, el radical Ricardo Colombi, afianzó más su acercamiento al kirchnerismo, al anunciar hace días que apoyaría una eventual candidatura presidencial de Néstor Kirchner para 2011.

Menos incondicional que los anteriores será el respaldo intermitente de tres diputados del socialista Encuentro Popular y Social (Ariel Basteiro, Jorge Rivas y Vilma Ibarra), además de la diputada Silvia Vázquez (Concertación-Forja).

Objetivo izquierda

El kirchnerismo espera alcanzar los 38 aliados, siempre que pueda sumar el apoyo de unos 13 eventuales aliados ocasionales de la centroizquierda, que ya vienen respaldando proyectos del Gobierno nacional, tales como la Ley de Medios, además de las estatizaciones de las AFJP y de Aerolíneas Argentinas.

De ese grupo, hay cinco diputados de Proyecto Sur (encabezados por "Pino" Solanas), otros cuatro encabezados por el bonaerense Martín Sabbatella, tres de Solidaridad e Igualdad (ex ARI) y el porteño Miguel Bonasso. La estrategia del kirchnerismo pasa por seducirlos con proyectos revestidos de matices progresistas, tales como la Ley de Medios.

No menos importante para el kirchnerismo es la conquista del voto de Patricia Gardella (Unión Pro), quien apoyó el presupuesto 2010 para sorpresa de sus compañeros de banca, lo que anticipó su pase sin escalas al oficialismo para el próximo periodo.

Los K aspiran también a sumar en votaciones clave a legisladores de provincias que eventualmente necesiten ayuda del Ejecutivo nacional. En esa columna se inscriben los tres radicales del oficialismo catamarqueño, sin descartar desde el kirchnerismo que se den eventuales acercamientos de los cinco oficialistas de San Luis. Algo casi imposible, teniendo en cuenta la cercanía de esos legisladores puntanos con el PJ disidente (Peronismo Federal), una de las principales sombras oficialistas.