En el interior de la parroquia Nuestra Señora de Andacollo, en Villa Krause hay dos murales con imágenes religiosas que fueron pintadas por el reconocido artista Mario Pérez cuando daba sus primeras pinceladas. Realizados en óleo, tienen tres metros de alto por tres de ancho y están ubicados sobre la pared del fondo, en los laterales del altar. Ese trabajo fue encargado por el padre Francisco "Paquito" Martín, después de descubrir algunos bocetos del joven Pérez y por eso lo contrató para hacer las obras.
"Me llevó un largo año hacerlos. Mi padre preparó la pared con yeso y yo pintaba todas las tardes, incluso cuando daban misa. Sólo me detenía en las partes más solemnes", contó a DIARIO DE CUYO el hoy consagrado artista plástico.
Las pinturas recrean "el descubrimiento y la celebración’ a la advocación de la Virgen de Andacollo, basadas en distintas estampas que inspiraron a un Pérez de 17 años, cuando -según cuenta- su vocación se debatía aún entre la ingeniería y el arte.
Como rawsino que es, Pérez tiene un vínculo fuerte con el departamento y más con la iglesia de Villa Krause, donde además contrajo matrimonio. "Yo soy un agradecido de la Iglesia, porque me sostuvieron mucho, fueron importantes esos primeros años porque fortalecieron mi espíritu", dice el artista.
Tan desconocido era que los murales pertenecen al sanjuanino mejor cotizado en el mundo artístico, que incluso los arquitectos que están a punto de encarar la renovación interior de la parroquia debieron modificar el proyecto cuando supieron que lo que contemplaban eran dos auténticos Pérez.
