Su potencia a la hora de rematar. El pedido de la pelota para definir cuando el partido estaba trabado y su equipo no encontraba el camino. Su temperamento para festejar y levantar al equipo. Y su juego sólido que lo hace a través de una buena recepción, hicieron que Bogdan Olteanu sea el hombre clave en este título conseguido para UPCN. Llegó a la provincia con su esposa, quien no fue a Buenos Aires al partido de la final, por la necesidad de cambiar de aire. Y, aunque aún no llegó a ningún acuerdo con el club, dice que San Juan le sentó muy bien y podría quedarse.
“Esto es increíble y la verdad que en pocos lugares del mundo se vive esto como lo estamos viviendo ahora nosotros”, comenzó diciendo en un castellano poco común y pocas veces entendible, el rumano Olteanu.
“Estoy muy contento porque cumplí mi principal objetivo en este país, que era venir al mejor equipo que había y poder salir campeón”, comentó el jugador que llegó a UPCN con el objetivo de ocupar el lugar que dejó el checo Kamil Baranek la temporada pasada.
Este rumano fue el mejor jugador que tuvo el equipo sanjuanino y tal fue así que también fue elegido el jugador más valioso del certamen. Es que en los puntos decisivos, el punta receptor se hizo cargo de ponerse el equipo al hombro y ser buscado por sus compañeros al momento del remate. “La gente me hizo sentir el cariño que me tiene. En los partidos en San Juan fue mucho el amor que recibimos, creo que también demostré que soy un jugador que le gusta cerrar los partidos y pedir las pelotas cuando no se está jugando bien y así sacar el equipo adelante”, expresó Olteanu y agregó que “la gente de San Juan es muy cálida y hace sentir el cariño. Aún no arreglo la continuidad pero es probable que siga acá”.
En cuanto a la esposa de él, explicó que no fue a Buenos Aires por cuestiones personales, aunque ella explicó la cuestión.
LA ESPOSA
Ni bien bajó del colectivo Bogdan, agarró a su esposa de la cintura y ésta, dejando la cámara con la que había estado filmando la llegada de los jugadores, le estampó un beso con el cual más de una mujer que se encontraba en el lugar suspiró. Esa fue la bienvenida de Nelly Olteanu.
“No fui a Buenos Aires porque era mejor que estuviese acá, sin nervios para que Bogdan pudiese concentrarse mejor. Esta es la quinta final que jugamos. Mi marido estuvo jugando finales en cuatro países y después de esto ahora somos campeones”, dijo con una alegría pocas veces vista en una persona la señora Olteanu.
“Me junté con una vecina. Estuvimos viendo el partido con muchos nervios pero yo sabía que íbamos a ganar. En las finales jugadas en España, tenía que irme del estadio así que ahora no me pasa eso. Soy muy agresiva en este tipo de partidos así que lo mejor es no estar presente porque me pongo muy nerviosa, algo que hace mal”, cerró.
