Jorge Agapito Gil y Alfredo Ortiz no son los únicos imputados en la causa. También se encuentran María Esther Reinoso, extesorera; Mario Serrano, el entonces encargado del camping municipal, y Pedro Bravo, el exencargado del área de Compras. Reinoso y Bravo están señalados de participar en todas las facturaciones, mientras que Serrano sólo en los arreglos que se hicieron en el camping. Este último y la extesorera ayer se negaron a hablar, mientras que el antiguo encargado de Compras declarará el martes.
Pese a las abstenciones, el secretario de juicio leyó la declaración que dio Reinoso cuando se investigó el caso. Ahí dijo que el exintendente Gil libró uno de los cheques por una de las obras a su nombre porque como venía a la Capital podía cobrarlo. La mujer retiró el dinero y había explicado que se lo entregó a Bravo. A pesar de que el documento tendría que haber estado a nombre de la persona que prestó las tareas, indicó que era habitual esa mecánica de trabajo en el municipio.
Por su parte, Serrano también había manifestado en el juzgado que comprobó que las obras de limpieza de una cámara séptica se habían efectuado, lo que dejó plasmado en la factura con su firma. Sin embargo, no pudo precisar que personas llevaron adelante el trabajo.