Los padres de los alumnos de 4to grado de la escuela José Hernández, de Rawson, trabajaron durante un mes para el acto de la Promesa de Lealtad a la Bandera en el que participaron sus hijos. Se encargaron de hacer con sus propias manos 1.000 grullas celestes y blancas para adornar el patio. Eligieron esta temática basándose en el cuento japonés ‘Las 1.000 grullas’ que deja como enseñanza el valor de la paz y difunde la creencia de que quien logra hacer 1.000 aves de este tipo puede hacer realidad sus sueños. El acto se realizó ayer, en los festejos previos del Día de la Bandera que se conmemora mañana.
El acto comenzó a las 15, pero desde las 10 los padres estuvieron en la escuela para decorar el patio. Se encargaron de hacer tiras de 8 grullas cada una, sujetas con tanza, que luego colgaron desde el techo. La estructura metálica mide 4 metros de altura y para concretar este trabajo tuvieron que pedirle una escalera a los bomberos de Rawson. ‘Nunca pensamos que los padres se iban a enganchar con tanto entusiasmo en esta propuesta. Vinieron 2 veces a la semana durante todo el mes de mayo para hacer las grullas con técnica de origami que les enseñó un origamista. Incluso los padres de los demás alumnos colaboraron con el proyecto. Todos donaron papeles afiches celestes y blancos para hacer las figuras. Ocupamos más de 100 papeles para hacerlas’, dijo Mariela Costa, una de las maestras de 4to grado.
El patio del colegio se vistió de celeste y blanco. A las 1.000 grullas se sumó una bandera y una escarapela gigante, más las banderitas que portaron todos los alumnos de la escuela.
Arrancó el acto y los alumnos de 4to se lucieron desde la entrada. Ingresaron al ritmo de una marcha y desfilando con una coreografía que incluyó diferentes figuras. Luego, con un grito potente dijeron el ‘sí, prometo’, cosechando el aplauso entusiasmado de todos los presentes. Pero su actuación no terminó allí. Posteriormente recitaron una oración a la bandera a viva voz lo que reavivó el entusiasmo de la gente. Y se despidieron deleitando nuevamente con un desfile coreográfico.
El acto culminó con un ágape para los chicos de 4to. Y, otra vez, con los padres como protagonistas. Ayudaron a servir la torta y también se encargaron de descolgar las grullas del techo.
