Los vecinos antiguos, curiosamente, le siguen diciendo puente, aunque la estructura está sobre una vereda y ocupa parte del frente de dos casas. Nada alrededor tiene relación con algo que requiera un puente y por eso aparece como fuera de contexto en plena ciudad. Pero esa construcción de ladrillos y cemento que tiene una inscripción que recuerda el gobierno de Aldo Cantoni en 1927 fue realmente parte de un pasante y es fiel testigo de la vieja ciudad. En calle Sarmiento antes de Maipú, se inauguró el desaparecido canal Salta en 1927 y esos vestigios resistieron el tiempo para recordar el acontecimiento. Es más, fueron declarados Monumento Histórico y por eso, pese a que abarca parte de la fachada de dos casas, no se pueden tocar.
El canal nacía en Salta y Benavídez, iba por la Salta hasta casi 25 de Mayo, atravesaba las fincas que había en la zona y se iba desviando hacia la Maipú. Luego seguía bajando, pasaba por la Feria Municipal y llegaba a Santa Lucía. Fue inaugurado en 1927 por el entonces gobernador Aldo Cantoni y era una de las venas de riego más importantes que atravesaban la ciudad.
"Era un canal grande, de tres metros de ancho y dos metros y medio de profundidad. De chicos lo usábamos de pileta y había lugares fijos, como el Remanso, el Molino o el Trampolín", recordó Eugenio Juárez, el hombre que vive en la casa donde está el monumento. Y agregó que "en 1985 ya no pasó más agua por el canal. Entonces vinieron unas máquinas con camiones cargados de tierra y lo taparon para siempre".
A las casas colindantes, el Estado les cedió el terreno que ocupaba el canal, mitad y mitad. Por eso, la pared divisoria del vecino de Juárez copia una curiosa curva, la misma que seguía el canal. Del otro lado de la calle, la traza de un consorcio también tiene una particular forma, ya que se construyó a la vera del canal, aunque en ese terreno no existe otro elemento que recuerde la vieja obra.
El monumento, que tiene escrito "Gobernación doctor A. Cantoni, 1927", es una complicación más que un privilegio para los Juárez. Sucede que además de tapar parte del ingreso a la vivienda, obligó a complejos pedidos a las autoridades para trámites tan simples como poner la pilastra de luz y el nicho de gas, ya que no puede afectarse la estructura. "La pilastra de la luz me quitó más espacio en la entrada y al nicho del gas, que por ley debe estar de frente a la vereda, me lo autorizaron a poner a 90 grados, detrás del monumento. Por eso, el día que pongamos una reja, la tendremos que colocar de forma tal que no perjudique al empleado que hace las mediciones", contó, ya con resignación, Eugenio.
Los otros vestigios del desaparecido canal son los laterales de un puente en Salta y Cereceto, donde estaba el llamado Trampolín de los bañistas. Son unos bordes de cemento y del lado norte de la Cereceto se nota claramente el relleno de tierra. Además, otra curiosidad de la zona es que tras inutilizarse el canal, quedaron veredas de más de 4 metros de ancho.
