La pesca ilegal que se realiza dentro del Mar Argentino por parte de buques de distintas nacionalidades como China, Corea del Sur, Taiwán y España es una práctica que no es nueva, sino que viene desde el año 2001, en que por primera vez la Prefectura nacional capturó un barco chino realizando pesca ilegal, cuando eran sólo algunas pocas embarcaciones las que amenazaban con explotar recursos pesqueros que le pertenecen a la Argentina. En la actualidad se sabe que son cientos de embarcaciones las que se colocan estratégicamente en el límite del Mar Argentino con el Océano Atlántico para realizar incursiones clandestinas que a nuestro país le ocasionan pérdidas que están en el orden de los 3.500 millones de dólares.
Sería muy conveniente que a partir del 10 de diciembre próximo, la nueva administración del país se abocara a solucionar este inconveniente que lleva más de dos décadas sin que los gobiernos anteriores hayan podido tomar las medidas adecuadas para evitar este avasallamiento.
Hay observadores que sostienen que la pesca ilegal se está haciendo cada vez más intensa, con un serio perjuicio para el país, ya que hay evidencia de que el accionar de los buques extranjeros está ocasionando una seria depredación que amenaza con dejar al Mar Argentino sin las cantidades suficientes de langostinos, merluza Hubbsi y calamar Illex, que son los principales productos de exportación de nuestro país con destino a España, China y Tailandia.
Según datos oficiales, desde el año 2001 al 2020 Prefectura capturó 80 buques de banderas de Corea del Sur, China, Taiwán y España. En los últimos años la cantidad de barcos al acecho para ingresar al Mar Argentino ha sido estimada en 460, pero como hay naves que apagan deliberadamente su Sistema de Identificación Automática (AIS) es probable que el número sea superior a los 550 buques. La mayoría de esos barcos son los denominados "poteros", que realizan pesca selectiva nocturna utilizando lámparas especiales que es lo que hace simular a ciudades flotantes por las noches en el mar. Luego esas naves, que también utilizan redes que resultan muy cuestionables, transportan su pesca a otras más grandes, que funcionan como auténticas factorías que arrojan gran cantidad de deshecho contaminando el mar.
Está haciendo falta que se promueva de una vez por todas una reforma del Código Penal para que la pesca ilegal sea considerada un delito. Con ello se tendría la posibilidad de procesar penalmente a los buques sorprendidos con cargas extraídas de la superficie marítima argentina. También el Círculo de Políticas Ambientales ha propuesto otros tipos de sanciones a la pesca ilegal a fin de controlar el impacto ambiental.
Actualmente uno de los sectores del Mar Argentino más depredado es el conocido como "el Agujero Azul", una zona de gran biodiversidad, codiciada por la pesca del calamar Illex y otras importantes especies comerciales.
Para hacer efectivo el control y las sanciones correspondientes se debería dotar a Prefectura de embarcaciones, aviones y helicópteros que posibiliten patrullar con mayor velocidad el área de las 200 millas que marca la divisoria entre alta mar y el territorio marítimo soberano, una acción que se ha venido postergando en los últimos años.
