Julio Carlos Abarca (izquierda), por las Fuerzas Armadas
“Le estoy muy agradecido al gobernador por la casa. Siempre alquilé. Tengo cuatro hijos y ahora que tengo un techo, estoy más tranquilo”, comentó el suboficial principal del RIM 22 que recibió una casa en el sorteo del cupo para las fuerzas armadas. Le tocó en el barrio El Arriero, en Rivadavia. Abarca, de 49 años, realizó todos los cruces sanmartinianos con el gobernador Gioja. Y el de enero próximo tendrá un sabor especial: el de saber que ya tiene una casa para el regreso.
Roberto Luis Varas (al medio, con Gioja), por los héroes de Malvinas
Tiene 49 años y es un ex combatiente de la guerra de Malvinas, donde integró el Batallón de Infantería de Marina Nº1. Estuvo en las islas desde el desembarco hasta que llegaron los ingleses. <<Cuando estaba en el escenario, el gobernador me dijo: “Dale maricón, hablá con la Presidenta”. Me dijo así porque a mí no me salía ninguna palabra y él me conoce del club Unión>>, comentó este veterano que está anotado en el IPV desde el “93. Hasta ahora alquila una casa en Rawson, donde vive con su mujer y su hija y se gana la vida vendiendo ropa. “Estoy muy emocionado. Cuando sortearon las casas, habían 25 y a mí me tocó 23 con el número 004”, comentó.
Pablo Guillermo Pena (derecha), el padre de 9 hijos
Es el hombre de 44 años que le arrancó una sonrisa a la Presidenta en la entrega de llaves de las casas. Fue cuando dijeron que era padre de 8 hijos (en realidad tiene 9, él dijo uno menos porque uno de ellos es mayor) de 4 a 23 años. Entonces Cristina le dijo que tenía que divertirse más. Y Gioja le dijo que ya lo hacía, pero de noche. “Estoy muy contento. Hace 23 años que estoy anotado en el IPV”, comentó este hombre que se gana la vida como mecánico de vehículos pesados. Hasta ahora siempre alquiló un techo. Actualmente vive en la Villa Marini, en Santa Lucía. Conoce el barrio Bandera Argentina, pero hasta ayer no sabía qué casa le iba a toca. Hasta que le entregaron el llavero que reveló el misterio: Manzana B, Casa 12.
Oscar García (arriba), por los discapacitados
“Esto es un sueño hecho realidad. Hace 25 años que estoy anotado en el IPV, toda la vida esperando este momento”, comentó este hombre de 48 años, padre de 5 hijos de entre 16 y 27 años. Tiene un problema motríz por una discapacidad en una de sus piernas. Le prestan una vivienda en la Calle 5 y General Acha, en Rawson. Y no paraba de leer el papel de la adjudicación, junto a su mujer y uno de sus hijos. “Señora Presidenta, es un gusto hablar con usted. Estoy eternamente agradecido”, dijo mirando a la pantalla del plasma cuando el gobernador le dio el micrófono.
