El Soldado, así lo apodó una vez el "Indio" Solari al ver cómo lo trató la colimba, durante sus buenos años como plomo de Los Redonditos de Ricota. Rodolfo Luis González tiene gustos sencillos, no aspira a ser una megaestrella, sino que al contrario, sólo quiere tocar y ser escuchado. Que el rock que emane de sus dedos, suene bien y enamore. Y tiene con qué hacerlo, porque cuenta con una talentosa banda de música que muchos envidiarían: Federico Goglia en guitarra, Juanito Moro en batería y Hernán Gravelloni en bajo. Vendrá a San Juan, no para preparar un clima ricotero, sino que llevará su marca personal al escenario de Hugo este viernes, repasando sus obras más clásicas, hasta lo último que logró con Luna en el espejo. "Vengo con las mismas expectativas de siempre. Volveré con todas las ganas de pasarla bien y me gustaría también volver a ver a los chicos de Roxana Porcellana la próxima noche, porque gracias a ellos yo me hice conocido en San Juan. Al igual que otras bandas del país".
Estará esta noche a las 21 en Hugo Espectáculos (España y Laprida). Entrada $80. Anticipadas en John Foos, Funky, Free Hand y boletería de Hugo.
– La primera vez que vine, creo que fue por el 2005. Y desde ese tiempo vengo tocando en Cuyo, tanto en Mendoza como en San Juan. Siento que es una buena plaza donde planté una bandera. Admiro que el público acepta lo mío con sólo pagar el ticket. Eso ya es una gran demostración para mí y me pone muy contento. Hay un feedback especial porque los sanjuaninos son muy calientes y todo eso encierra esa ciudad. Me gusta mucho.
– Hay un público muy genérico. Hay pibes que me siguen a todos lados, no muchos, pero en cada ciudad vienen a mí, como lo hacen con otras bandas. Creo que hay un público para todos y está bueno eso. Con sólo ver el agite que hay en Mendoza con el recital de Solari, es increíble las cosas que se ponen en movimiento.
– La verdad es que estaré en Mendoza una semana antes, pero no iré al recital.
– Porque los recitales multitudinarios no son para mí. Dejé de trabajar con Redondos en el ’97 y a partir de ahí, no fui a ningún show más. No sé, ahora que viene Steve Wonder, me dan ganas de ir a verlo. Pero ya estoy grande y no tengo la misma energía para estar en un espectáculo tan masivo. Sino que prefiero sentarme tranquilo y escuchar música, cosa que hago en casa, y no con tanto agite.
– Porque en realidad es un legado, la cara de todo el fenómeno social que fue y sigue siendo, que de alguna manera se confirma con la cantidad de gente que va a verlo. Hay muchos que nunca vieron a Los Redondos y ahora lo verán al "Indio". Hay muchas generaciones que van de los chicos de 12 hasta personas de más de 40. Fijate que esto se transmite de padre a hijo. Y sobre todo porque moviliza mucho desde lo comercial. Es un abanico impresionante de laburo que funciona y está bueno que suceda.
– Comencé a trabajar en un nuevo disco. Habrá nuevas canciones que mantengas mis raíces y seguir en este camino de llegar lejos y con más gente al lado.
– Es un efecto de la inercia al meterme en shows todo el tiempo. Considero que el disco es como un envase, una carta de presentación. Me quedé muy quieto por la vagancia. Nada, sólo es porque me demanda mucho componer canciones. Me cuesta crear. Pero por otro lado puede ser por la falta de ejercicio y poca inspiración quizás. Pero ojo, esto le puede suceder a cualquiera. Antes era peligroso caer en esto porque estabas obligado a sacar rápidamente discos y hits. Ahora, la historia es otra. Me tomo el tiempo necesario para hacer buenas canciones, que suenen lindo y lo principal, que me gusten a mí. Hay canciones buenas y otras que son una porquería, pero lo importante es hacerlas.
