Desde que se conocieron los resultados del test PISA a principios de mes, se ha criticado mucho a los países latinoamericanos participantes -Chile, México, Uruguay, Costa Rica, Brasil, Argentina, Colombia y Perú- en los últimos puestos de la lista de 65 países. Pero muy poco habla de los países que se retiraron a último minuto, como Panamá, o los que directamente no participaron -quizás temiendo sus resultados- como Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras y República Dominicana. El Programa Internacional para la Evaluación Estudiantil mide el conocimiento de los jóvenes en matemáticas, ciencia y comprensión de la lectura. Es sin duda la prueba estudiantil más respetada, según los expertos en educación.

Otra vez los estudiantes asiáticos sacaron el mejor puntaje en las tres categorías. En matemáticas, la ciudad china de Shangai salió en primer lugar, seguida por Singapur, Hong Kong, Taipei, Corea del Sur y Japón. Más abajo están Suiza (9), Finlandia (12), Alemania (16), Francia (25), España (33), Rusia (34), Estados Unidos (36), Suecia (38), Chile (51), México (53), Uruguay (55), Costa Rica (56), Brasil (58), Argentina (59), Colombia (62) y Perú (65). En ciencias y comprensión de lectura fueron similares.

Casi todos los países europeos y EEUU asumieron la responsabilidad por sus puntajes relativamente malos, y los interpretaron como un llamado de atención para mejorar la calidad educativa. México, Brasil, Colombia y Perú, hicieron lo mismo, pero otros siguieron la política del avestruz, y trataron de minimizar el problema, o negarlo por completo. El ministro de Educación de Argentina, Alberto Sileoni, quien en años anteriores culpó a la metodología del PISA por los malos resultados de su país, esta vez admitió que los resultados fueron malos, y que hay que tratar de mejorarlos. La reacción más payasa, sin embargo, fue la de Bolivia, cuyo ministro de educación Roberto Aguilar dijo que su país no participó porque se trata de una "’imposición neoliberal”. Señaló que "’Bolivia no permitirá el test PISA como condicionamiento del desarrollo educativo”, y que el país construirá "’sus propios modelos” de evaluación.

Cuba, que afirma tener un sistema educativo de alto nivel, no explicó por qué no participó y tampoco lo hizo Venezuela. Los críticos señalan que temen que los resultados contradigan la imagen de éxito que proyectan sus propagandas oficiales. Sin embargo, países socialistas como China y Vietnam no solo participan en la prueba PISA sino que la usan como un medidor clave de sus programas educativos.

Mi opinión: Aunque los países latinoamericanos que participaron en la prueba PISA están siendo criticados por sus malos resultados, son los más valientes. Están haciendo lo debido: cuando se tiene un problema, lo mejor es identificarlo, cuantificarlo, asumirlo, y hacer algo al respecto. Pero aquellos que niegan la prueba, como Bolivia, Cuba y Venezuela, se esconden detrás de eslogans ideológicos y excusas banales para negar su deterioro educacional.