El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, la mayor institución global de financiamiento de la salud, sostenida con aportes de las naciones miembros del G20, que incluye a la Argentina, podría abandonar la labor que cumple en 151 países si no cubre un presupuesto de 15.000 millones de dólares para los próximos tres años.
Según los cálculos realizados por las organizaciones e instituciones implicadas en esta lucha, el Fondo Mundial necesita sostenerse económicamente entre 2014 y 2016 para poder acercarse al punto de inflexión del VIH/Sida, la tuberculosis o la malaria, flagelos que están siendo contenidos exitosamente, de acuerdo a las últimas estadísticas sanitarias internacionales. De no conseguir los fondos en cuestión, muchos de los proyectos en ejecución no podrán continuar y los nuevos directamente serán cancelados. Una situación similar ocurrió en 2011, cuando muchos de los donantes retrasaron sus desembolsos comprometidos e incluso algunos otros, como Italia y España, cancelaron sus contribuciones anuales al ser afectados por la crisis europea.
Ahora, el reclamo de la ONG mundial se focaliza particularmente en China, la segunda economía más grande del mundo, para que destine 1000 millones de dólares al fondo global, ya que pese a su posición de liderazgo sólo donó 25 millones de dólares desde el inicio de la campaña contra las tres pandemias mundiales. Los 1000 millones solicitados a China son apenas el 1% de lo que gastó el país asiático en los Juegos Olímpicos de 2008 y en la Expo Mundial de Shangai en 2010.
Este problema financiero se agrava si se considera que los 5.000 millones de dólares comprometidos por Estados Unidos para los próximos tres años están sujetos a los desembolsos que hagan otros países ya que por ley no puede contribuir más de un tercio del presupuesto fijado por el Fondo.
En la actualidad, el Sida, la tuberculosis y la malaria siguen siendo cuestiones pendientes que requieren la atención del mundo. Un niño muere cada 30 segundos de malaria, alrededor de 1,4 millones de personas fallecen anualmente por causa de la tuberculosis y otras 40 millones de personas murieron de Sida el año pasado. Además, hay 34 millones de personas que viven con el VIH y sólo 10 millones de ellos están bajo tratamiento.
Sin la misión del Fondo Mundial no será posible encontrar y dar tratamiento a los restantes 24 millones de enfermos, lo cual debería ser una prioridad internacional si no se quiere que la epidemia continúe creciendo.
