Los empresarios sanjuaninos dispondrán desde el 1 de septiembre de un flamante depósito fiscal para el control y almacenamiento de las mercaderías que se importan, y que estará bajo el ala de la Aduana local. Hasta el año 2005 había funcionado uno en Santa Lucía pero por la precariedad del mismo se clausuró. Ahora, el Gobierno provincial lo concesionó a la firma fabricante de motos Maverick (Conosur S.A.), quien dispuso de una nave de 2.500 m2 cubiertos y otros 5.000 m2 de playa donde pueden ubicarse hasta 18 camiones, y a través del pago de un canon lo podrá utilizar cualquier empresa. Hasta el momento debían pagar sumas bastante altas en otros depósitos del país, el más utilizado en Mendoza.
"Lo veníamos siguiendo a este tema ya hace un par de años, porque es una necesidad para todo el sector importador de la provincia y en algunos casos también para el sector exportador. El depósito se abre por necesidad de la empresa Maverick, pero no es particular sino para cualquier operador que lo necesite que sólo deberá pagar un canon por su uso”, explicó Juan Carlos Benítez, director de la Aduana San Juan. La fábrica de motos trasladará a San Juan toda su estructura logística, que actualmente está en la provincia de Buenos Aires. La Aduana será la encargada de realizar bajo las normas vigentes el control fiscal, y la permisionaria, en este caso Maverick, se encargará del almacenamiento y la logística que esto implique, donde además por ser la firma que realizó la inversión, hará usufructo a través de un canon estandarizado del uso de las instalaciones a los empresarios que utilicen el servicio.
Con un ejemplo, Benítez graficó una de las ventajas que tiene tener un depósito fiscal en la provincia: "El empresario que compró 10 bobinas, descarga de inmediato, libera el transporte internacional para evitar pagar más costos y podrá ir nacionalizando parcialmente al ritmo de sus necesidades y el depósito podrá tenerle la mercadería por 15 días, pero ese plazo puede ser renovado", precisó el funcionario.
El depósito fiscal es un destino casi obligatorio de toda mercadería que debe ser importada o exportada, por lo tanto es fundamental para las actividades del comercio exterior, y consiste básicamente en la prestación del servicio de almacenaje de la mercadería que llega mientras espera su despacho aduanero. Además, las implicancias económicas y fiscales que tendrán importadores y exportadores son claves: por un lado, se limita sensiblemente la dependencia con los depósitos fiscales situados en el Puerto de Buenos Aires, y esto posibilita una notable reducción de costos, un mejoramiento en el seguimiento y control de las mercaderías arribadas a esta jurisdicción y, para el importador, una mayor facilidad y reducción de tiempos hasta la liberación de la mercadería.
El depósito anterior se creó en el año 1992 y funcionó en Santa Lucía (antes lo hizo por un tiempo en Trinidad); y también estaba en manos de un particular. Según dijeron fuentes confiables a este diario, carecía de las medidas básicas para su funcionamiento y a pesar de su precariedad recién cerró en el año 2005. El mayor problema que tenía era que apenas disponía de un espacio seguro para el almacenamiento y estibe de la mercadería.
