Brasil, 22 de septiembre.- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que espera que "los golpistas no entren a la embajada brasileña" en Tegucigalpa, donde desde este lunes se encuentra refugiado el depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya.

Las declaraciones del mandatario brasileño se producen después de que los miles de simpatizantes de Manuel Zelaya que se encontraban reunidos afuera de la embajada brasileña en la capital hondureña fueran dispersados con bombas lacrimógenas y balas de goma por las fuerzas de seguridad.

Lula aseguró en rueda de prensa en Nueva York, a donde viajó para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU), que Brasil está haciendo lo que "cualquier país democrático haría" al otorgar refugio a Zelaya en su embajada.

Además, exhortó al gobierno del presidente interino de Honduras, Roberto Micheletti, a aceptar una solución "negociada y democrática" que permita el regreso de Zelaya al poder.

"Lo que debería suceder es que los golpistas deberían dar un lugar a quien tiene derecho a estar en ese lugar, que es el presidente democráticamente elegido por el pueblo", declaró Lula.

"El mejor negociador debe ser el secretario general de la OEA (José Miguel Insulza), que es una institución multilateral que representa a los países de América", añadió el presidente brasileño.

"Pienso que es muy importante para el mundo entero, Estados Unidos y la OEA que no acepten golpes. Estamos consolidando la democracia en nuestro continente y no podemos aceptar (esta situación)", agregó Lula.

El presidente brasileño indicó que habló que por teléfono con Zelaya, refugiado desde el lunes en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

Según Camila Viegas-Lee, de la BBC en Nueva York, Lula aseguró que Zelaya pasó "una noche tranquila" en la embajada.

Embajada "en peligro"

Al mismo tiempo, este martes Zelaya denunció en declaraciones a la emisora colombiana Caracol Radio que está "en peligro" y que la embajada de Brasil en Tegucigalpa se encuentra "rodeada" y "prácticamente militarizada".

"Sabemos que estamos en peligro, han rodeado la embajada (…) se han tirado bombas lacrimógenas encima de la embajada, han sacado a gente a tiros", agregó Zelaya.

El único "arreglo pacífico" posible en Honduras "sólo se puede considerar respetando la voluntad del pueblo, que me eligió a mí como presidente", subrayó.

En el interior de la sede diplomática brasileña permanecen Zelaya, su esposa Xiomara Castro, varios familiares y seguidores suyos, así como periodistas de medios afines al depuesto mandatario.