Para la gente de Ullum, él era un vecino más. Amable y en apariencia un buen padre. Y sobre todo reservado, ahí lo conocían como uno de los dueños de la Bodega Ansilta y de otras fincas. Para la policía, no es más que un presunto delincuente que, detrás de su imagen de productor vitivinícola, escondía sus oscuros negocios. La sospecha es que era el nexo local de una banda que robaba automotores en otras provincias y se los daban a él para que los vendiera como "mellizos" o los desarmara para repuestos. Esa la doble vida que aparentemente llevaba Guillermo Lucas "El Porteño" Criscuolo, el hombre más buscado en todo San Juan por el escandaloso caso de la llamada "mafia de las 4×4", que tiene actualmente a tres empresarios, dos mecánicos y otras tres personas detenidas.
Criscuolo, de 38 años, tiene pedido de captura en todo el país. La policía sanjuanina, por orden de la juez María Inés Rosselot -titular del Quinto Juzgado de Instrucción- envió su foto y sus datos a otras provincias para que lo detengan.
Hasta el fin de semana pasado, momento en que estalló el escándalo, "El porteño" Criscuolo era simplemente el administrador de la Bodega Ansilta, la finca Los Caporales y otras propiedades en Ullum de la familia Vignoli. El es oriundo de la ciudad bonaerense de La Plata y hace 13 años está radicado en San Juan después de que se casó con Natalia Vignoli, la hija del dueño de la bodega. Desde ese entonces empezó a trabajar en la empresa familiar y pasó a ser el encargado de todo. Y es que los Vignoli viven en Buenos Aires.
"La familia tiene fincas en Ullum de hace cien años. Nos dedicamos a hacer vino, nada más. Esto es un balde de agua fría, jamás imaginamos una cosa así. Yo vine hoy (por ayer) y nos estamos poniendo al tanto de todo, pero no sabemos qué hacía esta persona. Sólo era un empleado", dijo uno de los Vignoli.
Criscuolo estaba separado hace 3 años de Natalia Vignoli, pero seguía manejando las propiedades, afirmaron. Ella -que también fue detenida- vive con sus dos hijos en el barrio Cesap, Rivadavia, mientras que él tiene una casa en la calle Juan Ibáñez, en la villa de Ullum. Los vecinos contaron que Criscuolo saludaba a todos, no le conocían vicios y aparentaba ser una persona correcta. Solía llevar a los hijos a su casa. Alguna vez colaboró donando vino para un evento del pueblo o prestó un tractor para el carrusel, contó Rosa. Dicen que iban a verlo algunas personas, pero nadie sospechaba que andaba en una actividad ilícita.
Sin embargo, cuando el domingo último los policías de Brigada de Investigaciones encontraron esa retroexcavadora robada en Mendoza en la bodega Ansilta, se conoció otra faceta de Criscuolo. Las autopartes y camionetas Toyota encontradas, que eran robadas, revelaron que ahí funcionaba un desarmadero clandestino. La investigación dirigida por la juez María Inés Rosselot y el jefe de Policía, Miguel González, tuvo aristas inesperadas: hoy, son 8 los detenidos -otros tres fueron excarcelados el viernes-, entre ellos dos mecánicos y tres empresarios que reparan y alquilan camionetas a proveedores mineros. Otro presentó un pedido de eximición de prisión para no caer preso y hay dos prófugos, además del principal sospechoso "El Porteño" Criscuolo. Por el momento secuestraron 9 camionetas Toyota Hilux (dos fueron halladas ayer), otras dos chevrolet, dos motos y cientos de autopartes.
Fuentes judiciales señalaron que Criscuolo tuvo una causa anterior por estafa en la policía federal. Y todo indica ahora que él sería la conexión local de una supuesta banda foránea que robaba, especialmente, camionetas Toyota, dijo un jefe policial. Se cree que él recibía esos vehículos y los vendía como "mellizos" a ciertos empresarios, ya sea con otra chapa o cambiando los números de motor y chasis. O bien, posiblemente desarmaba las camionetas para vender sus repuestos a talleristas del rubro, explicaron. El negocio parece que era grande. El hecho está que siguen apareciendo vehículos y surgen más empresarios involucrados.
