¿La mujer es el sexo débil?. Para mí no y existen damas que con su tesón, ingenio, dedicación al trabajo y heroísmo, me ayudan a sostener mi posición y a homenajear en una horticultora, a todas las mujeres del planeta.
Este es el caso de Magdalena Denis de Gallego, de la Colonia Rosales, en el departamento Rawson, donde alquila y cultiva unas 8 hectáreas de hermosa tierra sanjuanina. Allí cultiva porotos, repollitos de Brusellas, lechuga y ahora prepara la tierra para el ajo y la cebolla.
"Yo nací acá en el campo y me he criado toda la vida trabajando en la chacra". Comenzó señalando esta chacarera mientras detiene el tractor y se saca los guantes agregando, "mi padre compró su finca en esta Colonia en 1954, justo un año antes de que yo naciera. Aquí me crié y hasta me casé con Antonio Ramón Gallego, mi vecino".
Ella nació en 1955 en este mismo lugar, allí donde entonces terminaba la vieja Calle del Agua internándose entre parrales, olivares y chacras. Junto a sus 5 hermanos, cursó hasta 6to en la escuela Nacional Nº 130 de Villa Krause; hoy Julia León.
"Éramos 6 hermanos y mi padre no nos podía hacer estudiar. Por eso llegué hasta el 6to de los de antes -primaria completa-, luego aprendí corte y confección, pero siempre trabajé en el campo".
En el mercado de Rawson de la Sociedad de Chacareros Temporarios, los productores incluido su esposo Antonio Ramón, literalmente se sacan el sombrero por su esfuerzo y dedicación y es que Magdalena hace 12 años tuvo que hacerse cargo de los cultivos por la enfermedad de su esposo.
Cultura del trabajo
Ella es madre de tres hijos, hoy mayores, Nancy de 37, Sergio de 34 y Noelia de 28, con los cuáles comparte ya 5 nietos.
Consultada por cómo se subió al tractor, relató: "Yo manejo desde los 20 años y en el 2000, mi esposo se enfermó. Le detectaron una poliquistosis renal y desde entonces se dializa tres veces por semana. Por esto no pudo seguir cultivando la chacra".
"Al principio resultó muy difícil. Yo tenía 44 años y por eso no me querían dar trabajo en ningún lado. Además se nos perdía todo, Antonio había plantado zapallos y tomate", relató la agricultora agregando, "entonces yo le dije, voy a seguir con la chacra, porque si no perdemos todo".
"el me decía, no vas a poder con todo. Y yo le contestaba, sola no, pero estoy segura de que si vos me enseñas vamos a salir adelante. Y aquí estamos, no somos ricos pero tampoco nos falta nada. Yo siempre digo: al que trabaja algo le queda y por eso no entiendo a aquellas personas que no quieren trabajar o simplemente se conforman con un plan social", afirmó.
"Tampoco estoy de acuerdo con que los niños no trabajen. Yo no digo que se los explote pero mi padre me decía : el hombre es como un árbol. Se endereza desde pequeño o si no queda encorvado", indicó la productora agregando; "yo pienso que si una persona no se agacha al bordo de niño, difícil lo haga de grande".
Creo en Dios
Magdalena y Antonio comparten hoy la labor hortícola y si bien "don Gallego" desde hace 12 años no puede cultivar, lleva "la carga" todos los días al Mercado de Rawson para venderla.
Arrancan juntos todos los días a la madrugada y paran cerca de las 12 para hacer de comer y luego seguir a las 14 en el invierno o a las 16 en el verano y hasta "la puesta del sol". Es como decía el recordado ingeniero Basañez, profesor de Edafología de la Escuela de Enología: "los fuertes trabajan, los débiles piden y los más débiles roban".
"Yo creo en Dios y entiendo que tiene mucho que ver con esto que nos pasó. Él nos dio fuerza cuando mi marido estaba en Terapia Intensiva+, afirmó la chacarera agregando "mi marido me enseñó a trabajar y Dios me sostuvo. Mientras tengamos fuerza para trabajar, nunca nos faltará nada".
