La historia tuvo un final feliz. De película. Imprevisible. Dramático. Con todo los condimentos necesarios para un desenlace a la altura de una carrera del Dakar, por escándalo la más peligrosa del planeta. Finalmente, Lino y Juan Pablo Sisterna cumplieron el sueño de llegar a tiempo al vivac en La Rural en la madrugada de ayer y así metieron su nombre para siempre en la historia grande del deporte sanjuanino. El 49no. puesto de la general es algo más bien anecdótico. Lo que sirve es que son los primeros y hasta ahora únicos nacidos en estas tierras que largaron y terminaron la prueba que comenzó en 1979 por obra del francés Thierry Sabine. Claro que para el último eslabón rumbo a la gloria de culminar quince días en los que recorrieron 9.030 kilómetros, hubo que sufrir. Y bastante. Porque el maldito embrague de la Montero los puso en jaque al partir en la última etapa y entonces hubo que sudar. Lino debió apelar a todos sus conocimientos mecánicos. Su hijo Juan Pablo hizo las veces de auxilio y la providencia quiso que un espectador que estaba en Trenque Lauquen les vendiera un embrague, pero con la complicación que era de un Ford Ranger, ya que no tenía uno igual que el de la camioneta Mitsubishi número 420. Luego llegó el momento de acelerar a fondo, terminar el tramo de velocidad en la ciudad natal de Marcelo Tinelli, Bolivar, (los últimos de los 57 autos que recorrieron la etapa final) y el camino de enlace hasta La Rural. Lugar donde dos personas les abrieron el portón para que, a las 2.50 de ayer (cuarenta minutos antes del límite por reglamento), pusieran punto muerto al vehículo. Y entonces iniciar el momento del desahogo junto al entorno familiar. Los abrazos. El descorche de un champán sanjuanino y la emoción a pleno. El barro, la arena, la tierra, el paso por el querido San Juan que los recibió como ídolos quedó atrás. Los Sisterna hicieron historia. Con sangre, sudor y lágrimas…
"Esto es lo máximo. Cuesta explicarlo con palabras. Haber terminado el Dakar es una emoción muy grande. No lo hicimos como pensamos en lo deportivo, pero de la forma que se dio, a esto no lo olvido más. Es lo más importante que me pasó en mi carrera deportiva", abrió vía telefónica un emocionado Lino Sisterna quien contó el momento decisivo en la etapa del sábado: "Veníamos complicados con el embrague desde el viernes. Y al largar el sábado, directamente se rompió. Nos ayudó un montón de gente de Trenque Lauquen. La solidaridad de todos fue impresionante. Cada uno aportaba lo que podía mientras yo desarmaba la caja de cambio. Hubo que ir a comprar uno, pero como no conseguimos el mismo, tuvimos que adaptarlo. Recién cerca de las 20 logramos salir de nuevo. Fue el momento más emotivo del Dakar. Moqueé como un niño. Manejaba y no podía parar de llorar de la emoción de ver todo el esfuerzo que hicimos para llegar".
El tramo de velocidad fue tranquilo según comentó Juan Pablo ya que no había tráfico y la etapa carecía de demasiadas complicaciones. Una vez que pasaron por Bolivar a las 23, les quedaban cuatro horas y media para recorrer los 330 kilómetros hasta La Rural, tiempo límite para arribar de acuerdo al reglamento. "Mi vieja y mi novia nos estaban esperando en La Rural desde el mediodía, así que fueron a hacer tiempo al hotel y volvieron más tarde. Cuando llegamos cerca de las tres de la mañana, sólo habían dos personas de seguridad que nos abrieron el portón para que guardáramos la camioneta adentro. Fue muy emotivo. De ahí salimos y nos fuimos con la familia a festejar y a tomar un champán sanjuanino. Nos acostamos a las seis de la mañana de todo lo que celebramos", remarcó el menor de los Sisterna.
Ayer al mediodía llegó el final en sociedad del Dakar. Los Sisterna, igual que el resto de los vehículos que completaron la prueba, tuvieron un mini desfile por el centro porteño y después fueron subiendo uno a uno en la rampa que se montó para la premiación en La Rural. "Me emocioné mucho cuando nos nombraron y el locutor dijo para toda La Rural que éramos los primeros y únicos sanjuaninos en correr un Dakar. Pidió un fuerte aplauso porque éramos los últimos en llegar y habíamos demostrado el espíritu de la carrera por todo lo que habíamos sufrido en la última etapa", aseveró Lino. Fue en ese momento cuando un periodista de Fox Sports les realizó una nota a los sanjuaninos y luego también respondieron las preguntas de un par de medios más de Capital Federal.
En la siesta de ayer estaban todos reunidos en un restaurante porteño comiendo el primer almuerzo tranquilos, sin apuro por el tiempo y sabiendo que la aventura ya había llegado a su final. Quizá dentro de un año lo vuelvan a intentar porque como dijo Lino "tanto sufrir, al final, valió la pena".
