A un mes de cumplir 37 años, Emanuel Ginóbili demostró que todavía tiene cuerda para competir en el máximo nivel del básquetbol, la NBA. El bahiense cuenta con un hambre de gloria solo encontrado en los grandes deportistas de la historia como es su caso. Llegó a la mejor liga del mundo hace 12 años, luego de ser subcampeón Mundial con Argentina, y desde entonces agigantó su leyenda. En el medio, con la Generación Dorada que lideró, sumó el oro olímpico en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Anoche se calzó otro anillo como campeón de la NBA, el cuarto en su carrera sumado a los tres anteriores (ver aparte). Junto con sus San Antonio Spurs se quitó la espina de la final perdida el año pasado ante el Miami Heat, y cerró la serie final 4-1 merced al 104-84 de anoche ante una multitud en Texas. Cuando se retire el zurdo genial habrá que hacerle espacio en el techo del AT&T Center para colgar una musculosa con el número 20: la de Emanuel David Ginóbili, sin dudas uno de los cinco mejores deportistas en la historia de la Argentina.

No fue el comienzo esperado por San Antonio, en el regreso de la serie a Texas. Es que Miami salió enchufado y pudo sacar una buena diferencia en ese primer cuarto que tuvo a LeBron James encendido con 9 puntos anotados para una ventaja de 29-22 al descanso. La historia, más los retos del técnico, Greg Popovich, se torció a partir del segundo cuarto. Los Spurs tuvieron en Manu a uno de sus revulsivos y así pudieron torcer el cuadro de situación. El bahiense, como es habitual, aportó no solo en la ofensiva al anotar hasta ese momento 11 puntos, sino en rebotes y asistencias. El juvenil, Kawhi Leonard, gran figura en el cuarto juego de la serie en Miami, ratificó su gran presente y aportó desde la línea de tres puntos. Otro que se mostró encendido fue el base suplente, Patty Mills, quien con un alto porcentaje desde más de 7,05 metros de distancia (anotó 5 de ocho intentos de triple) estiró las diferencias para los Spurs al descanso: 47-40 para los locales. El tercer quiebre resultó el del quiebre final. Un Miami sin respuestas, le dieron paso a una clínica defensiva de los Spurs. En el otro lado del tablero, aportaron todos, incluido el desaparecido hasta ese momento y pieza clave del equipo, Tony Parker. El margen entre los equipo se amplió de irreversible para el Heat pues luego de tres cuartos estaba abajo en el score por 19 puntos (77-58). El último cuarto estuvo de más. Como habrá sido que Popovich sacó a Ginóbili (19 puntos) faltando 2m10 y los fanáticos lo ovacionaron. No era para menos, se lo tenía merecido.