¿Quién no echó alguna vez una moneda en la ranura de una máquina expendedora para obtener una gaseosa en lata? O quizás un diario, una revista, un paquete de papas fritas. Ahora también se puede comprar oro a través de máquinas expendedoras. Ya hay 24 de estos novedosos artefactos instalados en el mundo. Esta nueva herramienta de la economía mundial VIP permite adquirir hasta una onza de máxima pureza en el momento, con efectivo o tarjeta de crédito. Además de adquirir la correspondiente certificación de pureza del mineral. Es decir, ya no es necesario ir al banco o a una casa de cambio para comprar oro.
Si se viaja por Alemania o Emiratos Árabes Unidos (EAU), y de improviso uno desea “refugiarse en un mineral seguro” puede adquirir en aeropuertos barras y monedas que van de 1 a 32 gramos de oro puro, la empresa de cajeros automáticos ATM ha instalado máquinas expendedoras del metal dorado que aceptan efectivo y pago con tarjeta de crédito. La compañía ha decidido que estos “cajeros de oro” se instalen en aeropuertos, estaciones de tren y centros comerciales. El precio de los productos variará de acuerdo a la cotización del oro en el mercado según informaron fuentes de la empresa.
Las máquinas ofrecen diez tipos de presentaciones diferentes para el consumidor. A su vez, cada máquina expendedora, previo pago, otorga un comprobante de adquisición, el producto en un estuche de regalo y un certificado de calidad. El precio medio varía entre 40 y 1.040 euros según la pieza y su peso (de un gramo a una onza). Esta tarifa es estimativa, ya que, cada diez minutos, se actualiza al precio de mercado.
El negocio parece próspero ya que la compañía ATM seguirá instalando máquinas que se sumarán a la última inaugurada en Bremen, que se suma a las otras 11 que ya están operando en suelo alemán. Asimismo hay que sumar 5 en Dubái (EAU), 3 en Abu Dhabi (EAU), 2 en Italia, 1 en Gran Bretaña y 1 en Estados Unidos. El proyecto de la empresa alemana a cargo de los nuevos aparatos es instalar alrededor de 500 máquinas expendedoras de oro en Alemania, Austria y Suiza.
Hay que tener en claro que el producto no se paga con cargo a cuenta de quien lo utiliza, hay que pagar con dinero físico y el cajero no es instalado por un banco. Según Thomas Geissler, ejecutivo de la compañía, “todo el mundo debería de tener entre un 5 y un 15 por ciento de sus activos en oro físico”.
Hay varios tipos de lingotes que estas máquinas dispensan: de un gramo, cinco y diez. Un gramo viene a costar 31 euros, lo que supone un 30 por ciento más del costo que el gramo posee en el mercado. Ya sea como inversión o como curiosidad, aparentemente la demanda de oro por parte de los hogares alemanes ha ido en aumento en los últimos meses. La compañía ATM también vende oro vía Internet, y en su misma web pueden verse cajas fuertes que se pueden adquirir a través de Amazon.
La máquina expendedora de oro también permite a los inversores privados rellenar su depósito de oro. “No queremos incrementar el miedo de que baje el precio del dinero que hay en el mercado, sino facilitar la compra de oro”, subrayó Geissler. Para evitar que la máquina sea utilizada para blanquear capital, se ha establecido un límite por persona, según el país y las circunstancias. En el caso de la máquina del Hotel Palace, es de 1.500 euros. Si se sobrepasa, el usuario deberá introducir su pasaporte o identificación personal en la máquina para que sus datos queden registrados.
