Pasaron las 10 primeras fechas de las 30 que tiene el torneo de Primera División, y los números y rendimiento futbolístico le sonríen a San Martín, que va construyendo su camino con bases sólidas bajo su premisa de hacerse fuerte en la categoría, dar batalla y lograr la permanencia. Todo se está cumpliendo con creces. Marcha 15to y tiene a 12 equipos por debajo en cuanto al promedio por el descenso.

Los signos distintivos del equipo de Carlos Mayor están a la vista. Invicto de local y con un paso interesante fuera de Concepción, condición en la que perdió puntos en los minutos finales y también por errores arbitrales. El fruto de este presente en mitad de tabla, mucho mejor al que se esperaba, se centra en un patrón e idea de juego que logró cristalizar y está, en cuanto a propuesta, muy por encima de varios equipos con historia en la divisional.

Ganó 3 juegos, perdió 3 y empató 4. Anotó 13 goles y recibió 12. Números que para uno de los 10 ascendidos auguran un mejor futuro. Que va de la mano con la solidez de Luis Ardente en el arco, la firmeza de defensiva con José Luis Gómez, Francisco Mattia, Renzo Vera y Raúl Iberbia que ya salen de memoria y que toma mayor protagonismo cuando los laterales se proyectan con la convicción que han logrado para ser una de las armas de ataque.

En el medio, la apuesta es mayormente ofensiva, con un volante nato de recuperación y los restantes tres con pura vocación de ataque, habilidad, desequilibrio, buena pegada, velocidad y olfato para llegar al área con determinación. Mauro Bogado es un abonado y el resto, por lesiones, que es un mal que no deja de acosar a San Martín, ha ido cambiando de una manera satisfactoria porque se acoplaron al equipo como los casos de Michael Covea, Marcos Gelabert, Eric Aparicio, Ramiro López, Sebastián Navarro, Maxi Bustos y Cristian Canuhé.

En el ataque, Marcos Figueroa es su símbolo, pero la deuda para Mayor es que sigue sin encontrarle el compañero de dupla luego de la lesión de Bueno. El DT viene probando y Facundo Pumpido fue el único que logró convertir y en repetir de un encuentro a otro relegando a Gustavo Pinedo Zabala y compañía, pero todavía sin ser el 9 indiscutido.

Ser un equipo avasallador, aguerrido, con absoluta vocación ofensiva, que explota los laterales y que cuando están en la misma sintonía sus partes es difícil de vulnerarlo, ha logrado posicionarse dentro de los equipos que juega en todas las canchas de igual manera, que integran el segundo lote de clubes que estando lejos de la pelea por el título, buscan mantenerse en mitad de tabla, sin peligro en los promedios y que pueden ganarle a cualquiera como San Martín lo hizo ante San Lorenzo y estuvo cerca de concretarlo con Boca.

Además, en ese torneo paralelo que disputa con los otros 9 que ascendieron, ya que de allí probablemente salgan los dos descensos, está por encima de Temperley, Colón, Huracán, Crucero y Chicago, y está a sólo 2 puntos de darle caza a Sarmiento, el mejor posicionado.

Todo va de la mano con el rendimiento global que ha logrado San Martín. Sabe a qué y cómo jugar y sigue sosteniendo la bandera de estilo que pregona Mayor, que con pura vocación y exceso de trabajo, sigue al frente en un puesto que el torneo ya se devoró a 8 entrenadores.