La Cumbre sobre Cambio Climático ha quedado marcada, al margen de acuerdos y desacuerdos, por el caos organizativo y una férrea actuación policial para frenar las protestas.

La decisión de la ONU, responsable principal de la conferencia, de permitir la acreditación de 46.000 personas en el palacio de congresos Bella Center, tres veces más que el aforo del escenario de la cumbre, provocó durante varios días un colapso de los accesos que dejó mal parada su capacidad organizativa.

La avalancha de nuevos asistentes a principios de esta semana, coincidiendo con la llegada de representantes ministeriales de los 192 países participantes, provocó el caos, con miles de personas haciendo cola durante más de ocho horas a temperaturas próximas a los cero grados y sin poder acceder al recinto.