Anoche el Estadio del Bicentenario vivió una jornada inolvidable, no sólo por lo que se realizó dentro del campo de juego, sino por el duelo de hinchadas que hubo con la presencia de más de 23 mil almas que dijeron presente para formar parte de este partido histórico. Así se convirtió en el partido oficial disputado entre dos equipos en Pocito con mayor cantidad de público.
Es que la hinchada de Desamparados puso toda la carne al asador y en todo momento estuvo alentando al equipo con los clásicos bombos y cánticos. Mientras que la parcialidad visitante careció de ese calor hasta que ingresó el grueso de la barra denominada “Los borrachos del tablón”, que con los mismos instrumentos de percusión entraron al estadio para ponerle el calor correspondiente.
El estadio no estuvo con la capacidad completa ya que en el centro de la platea Este hubo un pulmón para separar a los simpatizantes, mientras que parte de la platea alta también tuvo sus butacas vacías. Siendo esto así, superó la cantidad de asistentes que hubo en el encuentro amistoso de verano entre Desamparados y San Martín, donde hubo poco menos de 23 mil espectadores, tal cual confirmaron en la Policía en ambos casos.
Sólo de la hinchada de River llegó gente de otras provincias, siendo Mendoza la que más gente trajo con más de tres mil fanáticos. Así se podían apreciar banderas de distintas filiales de la Banda como de Córdoba, La Rioja y San Luis.
El duelo de las barras estuvo latente sobre todo en el primer tiempo cuando el equipo visitante estuvo arriba por un gol y el marcador final era una incógnita. Incluso, los locales se animaron con un remate de Parisi que pareció tener destino de red, algo que no ocurrió.
Los tambores sonaron en todo momento y ante los cantos de River la gente de Desamparados respondió continuamente. Las dos parcialidades le pusieron el color suficiente al encuentro para que quede en la historia, dándole un folclore como equipos de Primera División. Una noche imposible de olvidar, más allá del 1-4 contra un Sportivo que tuvo en su gente el gran apoyo. Y un River que otra vez causó sensación en el interior del país.
Pasion sin barreras
