Más de 35 grados que en otras ciudades hacen pensar en el infierno, transformaron ayer a Mar del Plata en un paraíso ideal para que decenas de miles de turistas disfrutaran de las playas, en las últimas horas de este enero inolvidable por su benevolencia climática.

Luego de los 33 grados de máxima de ayer, que hicieron que los turistas se apiñaran en las riberas marplatenses en busca de la frescura del mar, la temperatura que superó ayer los 35 pintó una postal similar, aunque pasadas las 17, malhumorados nubarrones comenzaron a decir basta a tanta fiesta playera.

El día empezó con un calor agobiante que a las 14 ya estaba en los 33,6 grados, por lo que, como en los días previos, los visitantes "no tuvieron más remedio" que instalarse con sombrillas y reposeras a orillas del océano.