La Virgen se le apareció a Gladys Quiroga Motta, en el pueblo San Nicolás de los Arroyos, en Buenos Aires. De ahí toma su nombre. La primera aparición fue el 25 de septiembre de 1983. La Virgen estaba vestida de azul, tenía el Niño en brazos y un rosario en la mano. Desde entonces, el lugar se transformó en un centro de oración al que van miles de fieles todos los años.