Un estreno lleno de sorpresas
Su carita angelical y su delicadeza para moverse fueron dos factores fundamentales a la hora del casting de la Fiesta Nacional del Sol. María del Valle Montes, con sus 10 años, era perfecta para interpretar Amancay, una habitante originaria vaya a saber de qué pueblo latinoamericano que mientras busca reencontrarse con su amor, lucha desde su lugar para alcanzar la libertad para ella y los suyos, según el guión.
Pero esos atributos no era todo lo que buscaban los directores artísticos para el rol principal femenino. Casualmente, la pequeña bailarina resultó en lo físico muy parecida -por no decir casi dos gotas de agua- con Anahí Del Valle Navarro, la protagonista adulta. "Eramos iguales y eso me encantó. Hasta que me enteré que no iba a bailar -lo que yo se hacer desde los 5 años- sino que tenía que actuar y me dio mucho miedo pero a la vez fue una sorpresa. Yo había estado en obras en escenarios del Teatro Sarmiento, pero nunca en uno tan grande como el de Zonda. Por suerte, hubo actores que me enseñaron a no ponerme nerviosa con tanto público, también me indicaban cómo hablar, cómo moverme, hasta cómo demostrar que quería soltarme del soldado que me había raptado en la escena. Descubrí que es muy lindo actuar”, reconoce y disfruta recordando la cantidad de amigos que se hizo durante los ensayos y lo mucho que aprendió de historia.
