Es lógico que Marisa Gil Morales no acuse recibo de cómo se incorporó a este movimiento si para ella siempre formó parte de su vida. A los 3 años ya cantaba, y era usual que en su casa, en cualquier momento del día alguien sacara una guitarra para comenzar a cantar. Su familia de origen español, los amigos de su familia, todos cantaban o bailaban, lo lleva en la sangre y eso se percibe. “El flamenco ha tenido una gran evolución, es un género sumamente complejo y rico y eso también lo hace muy atractivo. Yo nunca estudie música, crecí con ella por eso lo considero como algo que forma parte de mí””, dice con la simpatía que la caracteriza. Hace diez años decidió con Manolo, su hermano, conformar la agrupación “Aire flamenco””, que integran además de ellos dos en voz y guitarra, respectivamente, Alejandro Morales (percusión), Javier Gómez (bajo) y Ricardo Sánchez (teclado y flauta). “Antes, el flamenco parecía algo lejano y raro, pero ahora tiene una gran aceptación, quizá por la globalización o por artista internacionales que lo interpretan. Es algo fundamentalmente pasional, debes sacar fuerza de donde no la tenés para interpretarlo. El flamenco tiene la dulzura de un ángel y de pronto la magia y la furia de una tormenta””, acota Marisa. A la par de su conocida profesión como periodista televisiva, ella supo imponer un estilo con toda la banda. Fue, sin duda, una de las primeras en presentarse en escenarios no convencionales y dejar anonadado a más de uno que no sabía del tema. “La gente relacionaba el flamenco hasta hace algunos años con el vestido a lunares y la flor en el pelo, pero todo cambió. Desde lo corporal, lo sensual, absolutamente todo y eso la gente lo ve””, agrega. Actualmente no sólo canta en la provincia sino también en Mendoza, Tucumán y otros lugares de argentina desde donde es convocada.
