Medio siglo después de evocar su ‘I have a dream‘ (Tengo un sueño), Martin Luther King es no solo un ícono de la lucha contra la discriminación racial, sino también el orador con mayúsculas en EEUU donde el arte de hablar en público parece pasar de moda.
En los apenas 17 minutos que duró su discurso en las escalinatas del monumento a Abraham Lincoln en Washington aquel 28 de agosto de 1963, la cadencia de predicador de King, la convicción de sus palabras y el peso de sus silencios convirtieron en inspirador un mensaje ya conocido a favor de la igualdad social.
‘Es el maestro de la repetición breve. Una herramienta retórica que consiste en fijar una idea con unas pocas palabras bien escogidas y repetidas‘, explicó la profesora de Derecho Molly Bishop Shadel, de la Universidad de Virginia.
Shadel, experta en oratoria y coautora del manual ‘Reviviendo el arte de la persuasión verbal’, cita como ejemplo frases como ‘I have a dream‘ (Tengo un sueño), ‘Now is the time‘ (Ahora es el momento) y ‘Let freedom ring‘ (Que resuene la libertad) que aparecen varias veces durante la exposición de King, parcialmente improvisada.
El pastor de la iglesia bautista Martin Luther King y John Fitzgerald Kennedy (expresidente de EEUU asesinado en 1963) son citados como referentes históricos en el arte de hablar en público. Ambos fueron asesinados y desde entonces pocos líderes han demostrado maestría a la hora de comunicar a las masas.
PACIFISTA
Nacido en Atlanta (EEUU) el 15 de enero de 1929, Martin Luther King Jr. dedicó su vida a la lucha contra la discriminación racial, utilizando siempre métodos pacíficos. Condecorado con el premio Nobel de la Paz y asesinado el 4 de abril de 1968, fue reconocido como líder del movimiento para la defensa de los derechos civiles.
El puntapié inicial de su lucha contra la segregación racial fue con la detención de Rosa Parks, una costurera negra que, agotada después de un día de trabajo, se negó a darle el asiento en el colectivo a un blanco, como era obligatorio en Alabama. King, entonces pastor protestante de 26 años, lideró un boicot contra el transporte público de Montgomery.
Pero el momento más memorable del líder negro que soñaba con la igualdad racial fue la gran marcha del 28 de agosto de 1963 a Washington, en la que pronunció ante 250 mil personas el todavía hoy emocionante discurso: ‘Tengo un sueño. Tengo un sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivan un día en una nación en la que no sean juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su personalidad’. Como resultado directo, se aprobó al año siguiente el Acta de Derechos Civiles, en la que se prohíbe la discriminación laboral, ya sea por religión, nacionalidad, género o raza. Aunque su asesinato estuvo salpicado por sospechas de que el gobierno conspiró para deshacerse de él, nunca hubo pruebas fehacientes sobre ello.
Por estos días, Barack Obama es el primer presidente afroamericano de EEUU cuyo nombramiento culminó parte de lo soñado por King. Según expertos, la retórica de Obama es la que más se ha aproximado al nivel del pastor bautista.
‘Su ’Yes we can‘ durante las primarias presidenciales en 2008 es un ejemplo fantástico. Con su discurso, ‘Obama revitalizó a sus seguidores y le llevó a una elección histórica‘, apuntó Shadel, experta en oratoria. Para esta profesora, el mandatario echó mano de los recursos de repetición de King y al igual que él fue de menos a más.
Ruth Sherman, autora de libros sobre técnicas de comunicación, cree que aunque King es mejor que Obama, el inquilino de la Casa Blanca tiene talento. ‘Lo pondría entre los cinco primeros en mi lista de mejores oradores junto con King, Kennedy, Lincoln y Steve Jobs (cofundador de Apple)‘, manifestó.
Casos como el de Obama y Jobs son anecdóticos en los últimos 50 años en los que ‘el arte de hablar en público ha dejado de estar en boga. A mucha gente le aterroriza‘, declaró Shadel, para quien el auge de la comunicación electrónica ha perjudicado a la persuasión cara a cara. ‘Hace falta práctica y los políticos no practican lo suficiente, porque lleva tiempo‘, añadió Sherman.
Fuente: Efe
