Se dice que uno de los pilares de una buena educación es el conocimiento, la autoridad y el respeto. Como docente con 50 años de permanencia en esta profesión dentro de la Universidad Nacional de San Juan he recibido innumerables muestras de cariño de mis alumnos, hoy colegas.

Cuando se realizaron en esta provincia las Jornadas de Bibliotecarios, en el último hubo un gesto del Mg. Guillermo Kemel Collado Madcur, quien disertó sobre cómo se investiga en la ciencia de la genealogía y heráldica. Confieso que me emocioné cuando vi mi foto en la pantalla del salón de actos, mientras expresaba que él había comenzado sus investigaciones después de realizar un trabajo de investigación en la cátedra a mi cargo, sobre medios periodísticos.

La materia estaba referida al estilo interpretativo que por primera vez se incorporaba al Plan de Estudios en el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ. Una unidad estaba referida al Gran Reportaje o Reportaje en profundidad. Él eligió tomar el tema de Benavides y desde entonces fue un enamorado de esta parte tan interesante del periodismo. Tiene realizado muchos trabajos sobre próceres sanjuaninos.

Durante su exposición también se refirió a un alumno informante, de apellido Lahora, que contribuyó con las investigaciones.

La verdad que después de más de 3 décadas que un alumno reconozca lo enseñado por parte de un docente es emocionante, más en esta época en que la autoridad y el respeto ha disminuido en la educación en general.

Actitudes como la de Collado Madcur podrían ser imitadas por las nuevas generaciones de estudiantes, es decir valorar más allá del conocimiento adquirido, la autoridad y el respeto que en educación forman una trilogía importante para la formación de nuestros ciudadanos.

Lo mejor que tenemos los docentes es formar buenas personas, sin querer recibir con el tiempo estas demostraciones que enriquecen el alma y enaltecen la profesión elegida.

Gracias por esta demostración de afecto que debería ser imitada por quienes cursan carreras y lograron hacer lo que hoy les satisface más. Docente-alumno es una dualidad maravillosa cuando se la realiza con amor.

(*) Profesora universitaria.