Jugadores, dirigentes, cuerpos técnicos, árbitros, auxiliares, dirigentes, policías, periodistas, controles y vendedores ambulantes. No más que eso habrá mañana en el Juan Domingo Perón, en Alta Córdoba, donde Instituto hace de local. Es que por resolución de la Policía de Córdoba, el encuentro ante San Martín se deberá jugar a puertas cerradas debido a que no se llegó a tiempo con las refacciones en el alambrado olímpico luego de los incidentes la fecha pasada en el 0-3 de La Gloria ante Colón. Así, luego de más de dos años el Verdinegro jugará un partido oficial con esta particularidad y en la previa su arquero y una de las principales figuras de esta gran campaña, Luis Ardente, remarcó que la concentración será fundamental debido al contexto tan diferente a lo habitual.
“Como no hay público, más que un partido parece un entrenamiento. Por eso, es clave aumentar la concentración durante los 90’ y sobre todo en el comienzo porque como que cuesta entrar en calor”, afirmó Ardente, quien con cinco goles en 12 partidos tiene una de las vallas menos vencidas de la categoría. El cuidapalos amplió que “es algo raro y feo jugar sin gente. El público es una de las cosas más lindas del fútbol y que no haya es extraño. Además, puede ser algo favorable a los jugadores de ellos porque no tienen presión de su gente por ir ganando rápidamente. Para nosotros, la historia es igual: queremos sumar los tres puntos para acercarnos al ascenso”.
La última vez que el Verdinegro afrontó un partido a puertas cerradas fue el 11 de mayo del 2012, cuando el equipo todavía estaba en Primera División. En ese saco, el club de Concepción hizo de local en el Hilario Sánchez frente a Arsenal y fue derrota 4-1. El motivo de jugar a puertas cerradas fue luego de los incidentes en la fecha anterior que San Martín jugó en su casa por el clásico ante Godoy Cruz.
En el caso de mañana la situación es diferente con el estadio de Instituto. El 5 de octubre pasado, el equipo que dirige Carlos Mazzola perdió 3-0 ante Colón y profundizó su crisis futbolística. La barrabrava de la Gloria generó diversos incidentes, entre ellos la rotura de buena parte del alambrado olímpico. Como la dirigencia no pudo solucionarlo en tiempo y forma, la Policía cordobesa le dio dos opciones al club para recibir a San Martín: jugarlo a puertas cerradas o trasladarse al Mario Alberto Kempes y jugarlo con público. Luego de analizarlo, Instituto optó por la primera chance.
Un dato que alimenta la ilusión de traer un buen resultado hacia San Juan es que Instituto es el peor equipo de los 22 de la categoría en su rendimiento como anfitrión: jugó 6 partidos, todavía no ganó, mientras que empató y perdió 3. Es decir, una oportunidad inmejorable para el Yagui y sus muchachos.
