El reloj marcaba las 22,30 del miércoles y faltaba poco para llegar a destino. Pero en unos segundos, el panorama cambió para los pasajeros del colectivo El Triunfo que los conducía desde la ciudad hasta Calingasta. Es que, 10 kilómetros antes de llegar al pueblo, una creciente atravesó la Ruta 149, por eso el vehículo y otros automóviles que venían detrás tuvieron que detenerse. Así, el viaje que tendría que haber durado 4 horas, se transformó en una odisea que duró más de 12 para las personas que iban en el micro. Recién los fueron a buscar ayer por la mañana en camiones de Gendarmería. Al cierre de esta edición, la ruta seguía con mucha greda por lo que el tránsito continuaba interrumpido. De este modo, la única manera de acceder a Calingasta es yendo por Uspallata.

‘Fui a ver a mi hermano a la ciudad y cuando volví a mi pueblo me encontré con un desastre. La creciente que atravesó la ruta tenía más de un metro de altura. Por eso el colectivo se detuvo y no intentó avanzar. Lo mismo sucedió con los autos que venían detrás. El agua pasó toda la noche, por lo que no pudimos hacer nada más que esperar‘, dijo Enrique Durán, uno de los pasajeros afectados. El hombre contó que pasaron la noche en el micro tomando mate, algunos durmiendo y otros conversando. Dijo que pudieron comer porque una camioneta, que también quedó varada, llevaba mercadería y la repartió entre la gente que estaba en el lugar. Durán agregó que recién por la mañana comenzó a trabajar personal de la Municipalidad de Calingasta con una motoniveladora y una máquina cargadora, pero había mucho barro y no se pudo habilitar la calzada. Cerca de las 10 de la mañana, personal de Gendarmería comenzó a trasladar a las personas hasta Calingasta, cargadas en sus camiones.

A la tarea municipal se sumó la gente de Vialidad Nacional que también llegó con máquinas para intentar recomponer la calzada. Mientras tanto, por la tormenta, la villa cabecera de Calingasta se mantuvo incomunicada porque las líneas telefónicas no funcionaban por el temporal.

A la hora de rescatar a la gente varada, los camiones de Gendarmería sólo pudieron acercarse hasta un kilómetro de donde estaba el corte de ruta por la cantidad de barro. Por esto, los afectados tuvieron que caminar hasta encontrarse con estos vehículos.

Manuel Pandolfini, jefe de Obras del municipio de Calingasta, contó que la tarea fue complicada por la cantidad de barro que arrastró la creciente y que por eso no sabían a qué hora podían restablecer el tránsito. Hasta el cierre de esta edición, la ruta continuaba cortada.