Un estudio realizado por académicos chilenos reveló la efectividad del cobre en la reducción de bacterias. Los datos destacan que el metal puede eliminar hasta un 92 % la carga bacteriana de los principales patógenos, a la vez de tener la capacidad de impedir su adhesión en las superficies de alto contacto en hospitales.
Valeria Prado, una de las investigadoras y directora del equipo que llevó adelante este estudio, presentó estos avances en el “XIII Congreso de la International Federation of Infection Control (IFIC)” junto al "XIII Congreso Argentino de Epidemiología, Control de Infecciones y Seguridad del Paciente", realizados recientemente en Buenos Aires.
En diálogo con CUYO MINERO, Prado especificó que en laboratorio se compararon las propiedades del cobre y del acero inoxidable, al exponer láminas de ambos metales a diversas bacterias que son responsables de las temidas Infecciones Intrahospitalarias (IIH). Para ello incluyeron Staphylococcus aureus meticilino resistente, Klebsiella pneumoniae, Acinetobacter baumannii y Pseudomonas aeruginosa que obtuvieron de pacientes del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. Los resultados fueron más que auspiciosos porque pusieron de manifiesto la capacidad bactericida del cobre, una propiedad única ya que el acero no la tiene.
A posteriori se continuó con pruebas clínicas en las Unidades de Cuidado Intensivo (UCIs) del Hospital del Cobre en Calama, al norte de Chile, tarea que se extendió durante 30 semanas y que incluyó la recolección de datos en superficies cubiertas con cobre y con acero inoxidable. Para ello los investigadores seleccionaron seis superficies de contacto que suelen representar las sitios más contaminados: Las barandas de las camas, las manillas de la cama, la mesa del paciente, el porta sueros, los descansa brazos de la silla de visitas y el lápiz que usan las enfermeras para monitorear los signos vitales.
“Estas superficies de alto contacto fueron reemplazadas por cobre metálico o aleaciones. Al cabo de 30 semanas sacamos los promedios del recuento de bacterias por centímetro cuadrado en las superficies con cobre y sin cobre y vimos que entre un 80 al 90% se había reducido la contaminación de bacterias en la superficies con cobre”, especificó Prado.
De esta manera y según la investigadora, se pudo evidenciar el aporte del cobre como
bactericida en las superficies de contacto de las salas de cuidados intensivos, “una característica única porque permanece en el tiempo ya que las superficies con cobre son autodesinfectantes, una particularidad que también pudimos comprobar a través de este estudio”, concluyó la investigadora.
Los valiosos resultados obtenidos a través de esta investigación efectuada en 2010, promovieron la aplicación del cobre en otros centros de salud chilenos. Es el caso del Hospital de Urgencias de Santiago y en las unidades de neonatología del Hospital Pediátrico Roberto del Río.
