El desarrollo de una nación es el reflejo de una productividad basada en la aplicación de métodos innovadores para optimizar el crecimiento económico. Desde la Revolución Industrial hasta nuestros días, la evolución tecnológica ha potenciado a los países ricos marcando la profunda brecha con los emergentes, aferrados a los vaivenes de las materias primas.

La innovación tecnológica ha permitido el crecimiento y el liderazgo de empresas convertidas en multinacionales gracias a la fuerte inversión en desarrollo industrial, agropecuario y de servicios. El ejemplo histórico lo exhibe Estados Unidos, por algo es la mayor economía mundial, pero también sensible a los cambios estratégicos con resultados adversos. Por ello, la mayor caída de la productividad desde 1993, registrada en los últimos meses, resultado de impericias estratégicas, caso del agro, más allá de la incidencia de factores naturales o de mercado, como condiciones climáticas desfavorables, problemas portuarios, un dólar fortalecido y el derrumbe de los precios del petróleo.

En lo que de este año, la productividad estadounidense aumentó un 0,6%, lejos del promedio anual de 2,8% desde 1995 hasta el 2000, uno de los períodos más fuertes. La falta de inversiones en tecnología, buscando abaratar costos de producción, se traduce en estancamiento, menor rentabilidad y crisis internas si se apartan las personas con ideas creativas volcadas al crecimiento. En este caso el factor humano no genera gasto sino una inversión necesaria, de manera que es rentable mantener una activa planta de personal cuando hay crecimiento productivo.

En el agro un ejemplo reciente para ganar productividad lo muestra el gigante mundial de la maquinaria agrícola John Deere, al firmar un contrato con una pyme argentina, que ha inventado un sistema revolucionario de fumigación, tan trascendente como lo fue en su momento la siembra directa. La creación de King Agro, la firma criolla, es una barra de fibra de carbono de 40 metros de largo, que reemplaza al equipo metálico, y amplía el área de aplicación con 10% de ahorro de combustible y sólo una pasada por el cultivo.

Es el primer desarrollo de implementos agrícolas de un contrato de asociación para desarrollar nuevos modelos en forma conjunta entre el coloso de la maquinaria agrícola y el emprendimiento bonaerense de Campana.