El acompañamiento terapéutico (AT) es un dispositivo terapéutico que trabaja en la cotidianeidad, compartiendo las diferentes circunstancias de un paciente y su familia. A partir de la construcción de un vínculo terapéutico, trabaja para promover los aspectos saludables de las personas, dentro de los cuales podríamos ubicar las actividades educativas, recreativas y artísticas, el trabajo y los lazos afectivos que el sujeto quiera mantener. El acompañamiento terapéutico es parte de un trabajo multidisciplinario, ya que no reemplaza un tratamiento terapéutico, sino que se propone como parte del mismo en aquellos pacientes que por diversas circunstancias requieren una presencia terapéutica en sus actividades cotidianas.
Una realidad difícil de abordar porque el dolor está presente no solo en quien lo padece sino en todo su entorno familiar. Es cierto que son muchos los chicos que por distintas causas hoy necesitan tanto de maestros DAI o de acompañantes terapéuticos para insertarse en el sistema social, educativo y deportivo, por ello no sólo constituyen un servicio sino que se transforman en seres fundamentales de sanación.
La Lic. en Psicología Graciela Nebro, responde a preguntas que muchos papás requieren en la actualidad y más aún en el portal del ciclo lectivo 2015.
Graciela es coordinadora de la Tecnicatura en Acompañamiento Terapéutico en la Universidad Católica de Cuyo desde el año 2007, Docente de la tecnicatura en AT y Coordinadora psicoeducativa de IRINA.
"El objetivo del Acompañante Terapéutico es contener al paciente en los momentos de mayor desorganización. Además, busca actuar como mediador en los vínculos familiares y posteriormente fortalecerlos. En patologías crónicas el AT propicia una mejor calidad de vida con los recursos disponibles del paciente y su entorno psico-afectivo. La demanda de este tipo de apoyo va en aumento y el trabajo en equipo da muy buenos resultados. Es un dispositivo flexible que puede implementarse en el hogar, o bien, en instituciones educativas o de salud". Algunos de los pacientes con quien se trabaja son: adicciones, trastornos psicológicos, trastornos alimentarios, discapacidad necrológica, discapacidad mental, discapacidad visceral, crisis vitales, etc.
El Acompañante Terapéutico (AT) es un agente de salud que ofrece al paciente una gama de experiencias en el ámbito de la cotidianeidad; contiene, estimula, socializa, se ofrece como referente, integra. Desarrolla un trabajo personalizado formando parte de un equipo interdisciplinario, en los ámbitos de salud, educación y justicia.
Se dicta en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Cuyo desde el año 2001
La demanda del Acompañante Terapéutico es muy amplia, atendiendo niños, adolescentes, adultos y ancianos, que presentan patologías mentales, discapacidades físicas, en inclusión de personas con necesidades educativas especiales y en todas las situaciones en que la patología ha superado los recursos de la familia en vistas a contener o mantener la calidad de vida del paciente, también cuando los aportes de las disciplinas tradicionales resultan insuficientes para lograr el avance de las personas en tratamiento y la incorporación de este dispositivo se evalúa como facilitador del proceso de recuperación. El AT intenta promover los intereses y proyectos de las personas; de esta manera, se disminuye la tensión familiar que se genera a partir de que un miembro está ubicado en el lugar de "enfermo" y los demás miembros de la familia ocupan el lugar de "cuidadores" del mismo. A su vez permite evaluar criterios clínicos en función de cómo se desenvuelve el paciente en sus actividades diarias y las formas que adopta para atravesar el cuadro agudo o crónico de su enfermedad, según corresponda. Este seguimiento del paciente permite plantear diferentes estrategias con el equipo tratante para abordar el malestar psíquico producto de dificultades individuales y/o problemáticas sociales.
El equipo tratante del niño/joven con necesidades educativas especiales o los profesionales de la escuela solicitan la incorporación del AT para favorecer el logro de los contenidos académicos y la integración social del alumno que por padecer un trastorno, llámese déficit de atención con hiperactividad, autismo, síndrome de down, etc. la guía del docente a cargo del aula resulta insuficiente para el desarrollo óptimo del proceso de enseñanza-aprendizaje.
La ley de Educación respalda la inclusión y entre los recursos que incorpora para lograrla está la figura del integrador escolar, que en algunos casos será un docente y en otros un AT
Además, los AT tienen ley de ejercicio profesional (Ley 7.988) reglamentada en el 2012 que permite la matriculación de los mismos en salud pública
Un sistema educativo inclusivo permite que toda la comunidad escolar trabaje en el desafío que implica el apoyo a estos alumnos, sin embargo, si los padres no tienen una obra social que reconozca la integración deben pagar los honorarios del mismo, y la realidad es que no todas las familias cuentan con los recursos económicos necesarios para tal fin. Aspiramos que en lo próximo el presupuesto educativo incorpore integradores sostenidos por el Estado para las familias de menores recursos.
No necesariamente, el equipo profesional deberá evaluar la posibilidad de inclusión en escuela común o si el niño por sus características se verá beneficiado por la educación especial.
Apoyarse en el equipo tratante que oriente la búsqueda de la disciplina pertinente para el caso y que este equipo trabaje en conjunto con la escuela y la familia.
Depende del caso, si lo necesita toda la jornada escolar o sólo para algunos espacios curriculares, todos los días o sólo algunos, en la medida que el alumno se vaya consolidando los apoyos se van retirando. Cada caso es distinto y requiere un estudio particular.
El equipo debe ser interdisciplinario y puede estar formado por psicopedagoga, psicóloga y otros profesionales de la salud.