Ni los 4 grados bajo cero que marcaba el termómetro a las 6 de la tarde. Ni la llovizna que caía en el acceso al Valle de la Luna, ni tampoco el aire fresco que llegaba desde el Sur y que causaba un efecto electrizante en los físicos de los presentes hizo detener el entusiasmo y las ganas que le pusieron los mil participantes que se preparaban para adentrarse en el Valle de la Luna para darle marcha al VII Desafío Ischigualasto que se disputó en la tarde del sábado y que culminó ya casi en la madrugada de ayer.

A pesar que esta vez no pudo ser con Luna llena por las inclemencias climáticas, las ganas y el entusiasmo pudieron más. Porque ellos sacaron a relucir su espíritu de aventureros y se animaron a desafiar al Valle. Y sí, fue un desafío. Un desafío con todas las características para llamarlo como tal. Es que Ischigualasto recibió a sus visitantes con una de las temperaturas más bajas registradas en esta segunda parte del año, con una sensación térmica que por momentos rondó sobre los 10 grados bajo cero.

Igual, los audaces aventureros cumplieron con la meta de culminar la competencia. Otros, debieron abandonar y no por el frío, sino a causa de problemas en sus bicis. Los competidores también se dieron el lujo de poder disfrutar de las bellezas naturales y patrimoniales con las que cuenta el Valle de la Luna: el Hongo, el Submarino, la Cancha de Bochas, el Gusano, el Valle Pintado, entre tantas otras formaciones geológicas fueron los paisajes que adornaron el particular circuito que en esta ocasión sufrió algunas modificaciones con respecto a la edición del año anterior. Los participantes tuvieron que atravesar senderos y arenales y sobre todo luchar contra el viento en los últimos kilómetros.

La prueba contó con mil competidores que arribaron desde todos los puntos del país, e incluso desde el exterior, como sucedió con atletas que llegaron desde Chile -en su gran mayoría-, México y Uruguay. Muchos se animaron a realizar los 40 kilómetros que comprendía el circuito de mountain bike en el Parque Ischigualasto en forma individual, otros, los que disputaron el duatlón, debieron hacerlo en equipo (dos personas). Así se hizo más fácil escalar, ya con la noche y el cansancio encima, al Cerro Morado, a esa altura tapado por los nubarrones que cubrían el cielo vallista.

En lo netamente deportivo, estuvieron los mejores. Lucas Masman, Sub-23, fue el más rápido y se quedó con la carrera y con su categoría. Masman se escapó junto a Mauro Berrocal -ganó en Elite- y a los pocos kilómetros el rubio pudo cortarse para terminar en forma individual la competencia. Mientras que Carina Pietrucci fue la primera de las damas y se quedó con la general en su categoría. En el duatlón, el ganador en la categoría individual fue el sanjuanino Alejandro Ocampo, en tanto que entre las damas, la ganadora fue también la sanjuanina Verónica Wittke.