El Desafío Ischigualasto es una meta para muchos. Hay quienes la corren para disfrutar del magnifico paisaje desde adentro. Hay otros en el que su objetivo pasa por poder completar los más de 40 kilómetros de recorrido. Pero también hay quien lo correrá con otro fin. Y se trata de Sebastián Fernández, quien lo disputará por segunda vez en una bici adaptada en la que pedalea con las manos debido a su discapacidad, sólo con el fin de servir como ejemplo de motivación para que quienes lo observen se den cuenta del verdadero valor de la vida. Saber que se puede a pesar de cualquier dificultad física o motriz.

Sebastián sufre de una paraplejía en los miembros inferiores tras sufrir un accidente hace unos cuatro años corriendo en moto. Igual, esa discapacidad no es impedimento a la hora de practicar deportes. Todo lo contrario, el hombre de 39 años encuentra en la práctica su motivación diaria para seguir. “La gente piensa que por andar en silla de ruedas uno tiene que quedarse encerrado en una habitación porque no se puede hacer nada. Y no es así. Yo sigo haciendo lo mismo que hacia antes del accidente”, cuenta.

Sebastián es un Contador Público al que el deporte le corre por las venas. Es que siempre estuvo ligado a alguna actividad. De pequeño practicó hockey sobre patines y artes marciales. Pero ya de grande, se inclinó por el deporte aventura y fue así que comenzó a practicar motocross. Justamente en una competencia sufrió un accidente en el 2011 que le cambió parte de su vida. En ese percance, el piloto sufrió fractura de clavícula con una lesión medular a la altura de su cintura que le provocó una paraplejía en sus miembros inferiores. En ese momento, Fernández pensó que su vida cambiaba por completo, pero con el tiempo esa idea cambió. Se dio cuenta de que la vida continuaba y solamente era un cambio que él debía hacer.

Después de estar internado mucho tiempo en una clínica de Córdoba, Sebastián regresó a San Juan. Y lejos de agarrarle resentimiento a su moto, volvió a andar a los pocos meses a pesar de su discapacidad.

Se aburrió de las largas horas de rehabilitación en clínicas y pensó que en el deporte podría obtener los mismos resultados. Y así se subió al cuatri, comenzó en el tenis adaptado, practicó buceo, hizo natación, se animó al kayak, realizó sky en agua y nieve y también adquirió una bicicleta, la famosa “hand bike” que le permite desplazarse con las manos y con la misma que correrá mañana en Ischigualasto.

Esa competencia le servirá de entrenamiento a Sebastián para su próximo objetivo: correr el Pentatlón que se disputará a fin de año. “Busco motivaciones todos los días y me propuse correr las cinco disciplinas (MTB, natación, motocross, kayak y running) solo, espero poder lograrlo”, contó. Después de eso, Fernández tiene otro anhelo: correr en su cuatri el Dakar 2017.

Y claro, con ese empeño y dedicación, para él nada es imposible.