Ya no es el Mal Bicho, ni el Matador de Los Fabulosos. Lejos de esa vena rockera de sus potentes inicios Cadillacs y más cerca de una versión desenchufada, Vicentico se presentó el viernes pasado en un Hugo prácticamente colmado. En un palo más formal, Gabriel Fernández Capello (su verdadero nombre) destiló un repertorio de baladas que explotó hacia el final, con una balacera de clásicos que descubrieron su astilla rocker.
En una hora cuarenta, con guitarra al hombro y sus tradicionales falsetes, el cantante repasó las melodías de su cuarto álbum solista. En"Sólo un momento" (título de su flamante placa), los sanjuaninos, especialmente las mujeres -en su mayoría mayores de 30-, quedaron flasheadas con ese hombre de mucha gestualidad y pocas palabras.
Desde su típica pose -mano en bolsillo y otra en el micrófono-, Vicentico enamoró con la onda flashback de temas como "Ya no te quiero" y sus versiones de los boleros "Culpable" y "Algo contigo" que calentaron las gargantas femeninas.
Si bien, fueron los éxitos de sus tiempos Fabulosos los que despertaron los apichonados ánimos. "Con las manos en el cielo", los espectadores dejaron sus asientos con el revival de "Siguiendo la luna" y alzaron sus voces con la fuerza de Comandante Che Guevara para poner a mover sus pies con los electrónicos "arrullos de sirena" de Tiburón.
Luego de varios amagues, el artista puso el punto final a la 01, enloqueciendo al público con composiciones viejitas pero efectivas, entre ellas "Vasos Vacíos", "Los caminos de la vida" y el pegadizo "Mujer no me dejes así" de El Aguijón.
¿La perlita? Tal vez por el frenetismo que recorre las rutas argentinas, en uno de sus diálogos, el astro sufrió un lapsus de tiempo en un "¿Qué tal? ¡buen día!", frase que rápidamente corrigió con un "buenas noches". Pero bueno, errar es humano, incluso hasta para un Fabuloso Calavera.
