El ácido hialurónico es un polisacárido que produce el mismo organismo y que se encuentra en mayor concentración en las articulaciones, los cartílagos y la piel. Tiene la propiedad de retener grandes cantidades de agua y de adoptar una conformación extendida en disolución, por lo que permite que se conserven las características de tensión y flexión de la piel o para hidratar la epidermis, por ejemplo.
 
Al ser producido por el organismo se regenera y degrada. Por eso, se absorbe al cabo de un año aproximadamente, la dosis de ácido hialurónico que se aplica para los tratamientos de estética bucal. Pero es por esta misma razón que produce efectos adversos, como reacciones alérgicas, tal como la silicona que no podría utilizarse en estos casos porque no está autorizada por los organismos sanitarios a nivel nacional o el colágeno.
 
Es muy utilizado en cosmética, pero también a nivel médico, terapéutico y ahora odontológico (a nivel estético, por supuesto). De hecho, Alicia Brizuela explica que no sólo se aplica efectivamente para tratar labios leporinos, sino que también sirve para borrar arrugas, cicatrices, para compensar los labios en casos de parálisis, hacer rellenos en labios finos, o para solucionar lo que se conoce como sonrisa gingival (cuando la persona tiene una excesiva encía) , entre otros.
 
Alicia Brizuela con su equipo ya ha trabajado en los labios de cientos de personas, inclusive famosos. Para más datos: www.aliciabrizuela.com.