Aquella pregunta de cuánto le puede modificar su situación a un jugador tras el cambio de entrenador encuentra una respuesta más que contundente en el caso de Maximiliano Núñez. Es que el punta hasta la fecha pasada bajo la conducción de Garnero se encontraba absolutamente borrado, y tras la llegada de Sava fue titular por primera vez en el 2012 teniendo una actuación sobresaliente en el clásico de ayer ante Godoy Cruz. El petiso resultó vital con su gambeta en el mano a mano y se mostró hiper solidario a la hora de ayudar en la marca por el costado derecho de San Martín. Otro punto que marcó su profesionalismo es que pese a las nulas chances que le brindó el anterior DT del equipo, ayer corrió desde el primer al último pitazo del árbitro Pezzotta. Es decir, el trabajo físico lo hizo al pie de la letra siempre más allá que Garnero, inexplicablemente, lo tenía como el sexto atacante y por eso ni siquiera iba al banco de suplentes.
Si bien nunca se hizo de manera oficial por parte de Garnero, se habla que su negativa a contar con el ex Estudiantes pasaba por una discusión que se dio entre ambos a principio de año. Solo así se entiende, en parte, la manera de relegarlo a Núñez siendo un futbolista que a sus 25 años ya fue campeón de América con el Pincha y disputó en el 2009 aquella final perdida en el alargue por el Mundial de Clubes ante el Barcelona de Lionel Messi.
Núñez se paró en ambos tiempos por el costado derecho del Verdinegro y desde ahí generó grietas inmensas en la zaga mendocina. Zelmar García jamás le encontró la vuelta para tomarlo y Maxi lo hizo amonestar ya en la etapa inicial. Su contribución también se dio en el gol de Carrusca, pues fue él quien tiró el centro para que Penco la bajara para el ingreso del Chelo. Los botines amarillos fluorescentes lo hicieron aún más notorio en la cancha. Pese a todo lo que aportó no estuvo cerca de marcar en ningún momento. Fue uno de los que más ‘entendió’ que era un partido bisagra para despegar. Su sonrisa al irse del estadio dejó bien claro su cambio de ánimo. No es para menos tratándose de un delantero al que Garnero lisa y llanamente desaprovechó por cuestiones que jamás supo explicar. Para Maxi es tiempo de su revancha y ayer comenzó a sacarle provecho.
