Máximo y Florencia Kirchner se mantuvieron firme junto a Cristina durante el velatorio, aunque de los dos el que se vió más afectado fue el primogénito de Néstor Kirchner que en varios pasajes del velatorio dejó escapar un sollozo. Además, fue el pilar al que Cristina recurrió permanentemente. Sentados a la par, la Presidenta recurrió a refugiar sus manos entre las manos de su hijo mientras intercambiaban impresiones del paso de la gente por la capilla ardiente.
Máximo Kichner se le acercó un par de veces para intercambiar palabras con otros asistentes al velorio, pero el resto del tiempo permaneció a un costado, vestido con el look informal tan propio de su padre: camisa a cuadros, una campera, y una barba de unos pocos días.
Entrada la noche la llegada a la capilla ardiente de los militantes de "La Cámpara" la agrupación política creada y dirigida por Máximo Kirchner, volvió a ponerle un tono emotivo a la ceremonia. El abrazo de los amigos volvió a golpear el corazón del santacruceño que en un momento avanzó hacia el féretro muy emocionado y acarició un puñado de flores que ocupaba el centro del féretro. En ese momento, se encontraban en el salón varios de los presidentes que habían llegado para homenajear a Kirchner y saludar a Cristina.
En tanto, Florencia, llegada anoche de los Estados Unidos, en donde estudia cine, no lloró y se la vio casi inmutable, enfundada en ropa color oscura y una campera de cuero.
Uno de los momentos más emotivos que protagonizó la hija menor del matrimonio presidencial fue cuando abrazó a su madre cuando un hombre gritó: "Viva Cristina, viva Néstor".
Pasadas las 22.40, Florencia salió junto a Cristina rumbo a la quinta presidencial de Olivos. Al parecer, las mujeres de la familia se iban a tomar un descanso pensando en la larga jornada que hoy les tocará vivir.
