Lionel Messi admitió ayer que pensó ‘en lo peor por el dolor‘ que sintió en la rodilla izquierda en el choque ante Artur, del Benfica, y que aún lesionado le pegó a la pelota porque creyó que era ‘la última que iba a tocar en mucho tiempo‘. Messi reconoció que aún no sabe si jugará el domingo ante Betis, aunque aseguró que no significa una ‘obsesión’, dejó en claro que intentará en los partidos que juegue por estos días alcanzar el récord de 85 goles (está a uno) en una temporada que ostenta el alemán Gerd Muller desde 1970. Lionel finalmente trabajó ayer en el gimnasio tras comprobarse en una resonancia magnética que no había lesión muscular, ósea ni de cartílago y que se trataba de una contusión de la cara externa de la rodilla izquierda.

Recién mañana volverá a entrenar y luego definirán el entrenador Tito Vilanova y el médico Ricard Pruna si Messi viaja a Sevilla. Messi se lesionó a los 41 minutos del segundo tiempo tras chocar con Artur en el último partido de grupo de la Champions League, e inmediatamente pateó pese a que ya estaba lesionado. ‘Pensé en lo peor por el dolor. Pensé que era la última pelota que tocaría en mucho tiempo y por eso decidí pegarle al balón‘, sostuvo Messi al hablar en las primeras horas de la tarde de Barcelona en una acto organizado por la empresa de aviación Turkish Airlines por un acuerdo comercial con el club catalán. ‘Como digo siempre, para mí no es una obsesión el récord. Escuché a los compañeros diciendo que me iban a ayudar y todos los goles son con la ayuda de ellos. No estoy preocupado. Sería muy lindo porque queda ahí y por la estadística. Ojalá dure si lo hago mucho tiempo como duró el de Müller pero no es algo que me preocupe. Si llega bien, sino no pasa nada‘, afirmó Messi.