Cuando la pisaba y deleitaba a los hinchas de Peñarol hace uno años atrás, se ganó el apodo de "Gambetita". Luego pasó a Desamparados y ese alias fue desapareciendo porque nunca llegó a ser un titular con camiseta puesta. Pero el volante Matías Garrido siempre trabajó y demostró que está para jugar. Y en los partidos que le tocó entrar en lo que va del año sacó chapa de figura porque su juego es diferente al del resto, con mezcla de habilidad, velocidad, creación, gol, y encima, vistoso y lleno de lujos por momentos, como el del viernes por la noche, cuando metió un taco de espaldas al arco para encaminar al Desamparados a un triunfo (3-1 ante Maipú) que necesitaba como el aire.

"Me gusta tirar tacos y lujos. Siempre fue así, pero no para cancherear al rival, sino porque es mi estilo de juego", contó el día después Garrido, que durante el partido metió tres tacos más para asistir o sacarse un jugador de encima.

"Son jugadas que te quedan", agregó sobre su golazo. Grito que revivió tras una sequía de 4 meses y 5 días sin goles, ya que el último fue el 7 de octubre del año pasado cuando le dio el triunfo a Desamparados ante Juventud Unida en San Luis.

La chance para Garrido de ser titular se abrió luego que en el partido anterior Adrián Benito recibiera la quinta amarilla y quedara afuera. "No supe hasta la práctica de fútbol (la primera fue le martes pasado) porque siempre venía jugando por derecha y no por izquierda, pero venía trabajando y rompiéndome el lomo toda la semana para poder estar", contó la figura de la cancha, quien ahora le generará una duda a Dillon para el próximo partido (viernes ante Juventud Unida). "Siempre trato de meter presión al técnico", agregó.

Matías también habló de lo importante que significó para el grupo volver al triunfo por el 5-2 que sufrieron la fecha pasada en Río IV. "Fue difícil porque veníamos de una derrota abultada en donde ni siquiera fue para empatarlo y por eso necesitábamos ganar. Sé que tuvimos mejores partidos, pero esa necesidad de ganar y sumar te lleva ha hacer de todo para que no se te escape porque éste partido era para tomar confianza", relató.

En los dos últimos partidos de local de Desamparados, que los ganó, Garrido fue vital. Ante Cipolletti ingresó en el entretiempo cuando perdían, y allí sus diagonales hicieron estragos y llevó al equipo a una victoria justificada. El viernes estuvo desde el arranque y sus dotes no decayeron. "En los dos partidos me sentí muy cómodo, pero me quedó con este (por el de Maipú) por el gol", aseveró.

Tan importante y determinante fue el triunfo, que si Sportivo perdía, quedaba último en la zona. "Este fue como el partido del despegue, porque nos iba a demostrar donde estamos parados", tiró. Garrido resaltó que hay material para darle pelea a cualquiera y muestra de ello fueron los cuatro cambios que introdujo Dillon y que le dieron resultado, pero sobretodo respondieron (los otros fueron Del Vecchio, Borches y Salinas). "Primero necesitábamos ganar, porque con resultados vamos a ir encontrando el equilibro justo, el fútbol y la identidad, hasta llegar a ganar y encima gustar", cerró Garrido, el diferente, el lírico, el de los lujos.