-¿Cómo es ser jugadora de futsal y de hockey a la vez?
-Complicado con los tiempos. En el futsal comencé hace unos años en "Sanjuaninos Juniors’, la primera vez llegué bien cambiada porque venía de trabajar y todas las chicas me miraron como diciendo "¿qué hace ésta acá?, pero las pibas tenían buena onda y terminamos formando un grupo genial. En el hockey es distinto porque lo practico hace 15 años en Lomas, desde los 8 cuando llegué de Buenos Aires (nació allá).
-¿Cómo es tu rutina diaria?
-En la mañana voy al diario (El Nuevo Diario). De ahí, a veces sin almorzar me voy a hockey. Después llego a mi casa a bañarme y de ahí a la radio (Radio Sports). Después salgo y me voy a mi otro trabajo (en Telesol con La Ventana). Además los martes y jueves en la noche entreno futsal o hockey cuando entrenamos de noche. Y los sábados trabajo en Mistral, el local de Fabricio Paz (jugador de Unión).
-¿Y a tu familia cuándo la ves?
-Mi mamá se enoja porque pasan días y no voy a verla a su casa. A ella hace poco tiempo le detectaron una enfermedad complicada y yo quisiera estar ahí acompañándola siempre, pero a veces no puedo y me duele muchísimo.
-¿Tiempo para tu novio (Martín Schlamelcher) tampoco tenés?
-Y es complicado, a veces pasan días y no nos vemos. Él trabaja (es kinesiólogo) y también juega futsal (en Gloria Sanjuanina) y fútbol once (en la Liga de Profesionales), los dos tenemos una rutina complicada y por ahí nos vemos para cenar o si no directamente los fines de semana. Llevamos 4 años pero estuvimos peleados 8 meses y hemos vuelto hace dos, en un viaje a Europa. Ahora estamos llevándola bien.
-¿Viajaron juntos y estaban separados?
-Sí (risas). Estabamos distanciados pero nos llevábamos muy bien. El viaje (a Madrid, Roma y París), lo habíamos estado pagando tiempo antes y cuando llegamos a la fecha dijimos "vamos y que sea lo que Dios quiera’. Nos fuimos en vuelos distintos y volvimos de novios otra vez.
-¿Te imaginás casada con él?
-Te cuento algo que muchos se van a enterar por esta nota. Cuando estábamos en la Torre Eiffel, Martín se arrodilló, sacó un anillo y me propuso casamiento. Nunca me lo imaginé.
-Y de ahí, ¿cuál fue tu respuesta?
-A mí me encantaría formar una familia, tener 6 hijos. Que todos jueguen al fútbol, levantarme los sábados en la mañana y llevarlos a entrenar, ese es mi sueño, pero más adelante. El anillo sirvió de compromiso y si Dios quiere dentro de unos años, sí, nos vamos a casar.
-Cambiando de tema, ¿alguna vez te llegó alguna propuesta de algún jugador?
-Más de una vez me han llegado mensajes de texto a mi celular, pero nunca me prendí en esa. Va a sonar absurdo lo que digo, pero yo nunca estuve con un futbolista. A Martín lo conocí como kinesiólogo no como jugador. Una vez tenía un esguince y me lo recomendaron a él. Yo no me lo bancaba pero después con el tiempo nos empezamos a conocer y bueno…
-Pero a pesar de que él sigue jugando, ¿te considerás botinera?
-No, para nada. Me molesta. Por ahí cuando me dicen "botinera’ yo les digo, "mi novio es kinesiólogo, no jugador’. Critico a las mujeres que van a la cancha y no saben nada de fútbol. Hay muchas periodistas que se prestan para eso y nos hacen quedar muy mal a nosotras que no tenemos nada que ver. Odio el mundo de las botineras.
