Después del fracaso de Secretos de amor, Soledad Silveyra se prepara para volver a la televisión, esta vez en El Trece, en un personaje absolutamente nuevo para ella. Será una actriz porno en decadencia, en Condicionados, el unitario que graba Pol-Ka, personaje para el que se preparó investigando sobre el mundo triple X. Es el unitario en el que también aparecerá, en un rol secundario, la sanjuanina Celeste González, que le pondría el cuerpo al personaje de Solita en su juventud.
Pero la jovial actriz también se da el tiempo para estar presente en las causas sociales que considera importantes, como lo hizo después de Vidas robadas (2008) novela donde se abordó la trata de personas, y por eso no es extraño que aceptara participar, prácticamente ad honorem, de la película Industria Argentina, que se presentará el lunes en San Juan (ver aparte), que aborda la lucha de los obreros de las fabricas que cerraron en la crisis del 2001. Silveyra fue invitada para la avant premier local del largometraje, y aunque tiene el pasaje listo, es probable que los horarios de grabación para la televisión imposibiliten su llegada a San Juan. "Me encantaría estar allá", dijo Solita Silveyra en conversación con DIARIO DE CUYO.
-¿Cómo fue hacer Industria Argentina?
-Es una película, que hicimos sin presupuesto, colaborando, ni me acuerdo si cobré o no, creo que no cobrábamos. La hice porque es un tema que yo trabajé en el 2001, yo quería hacer un documental, recorrí un montón de fábricas, me presenté al Instituto (INCAA) y no salió. Pero el trabajo de campo lo hice muy profundamente. Siempre me quedó como algo inconcluso. Y cuando me ofrecieron hacer la película, esta ficción, dije inmediatamente que sí, porque era un tema que me tocaba muy de cerca. Me tocó hacer la parte contraria, porque hago de la mala. Pero fue con enorme placer colaborando con estos compañeros que decidieron hacer una ficción sobre las fábricas recuperadas. La vida me dio la posibilidad de que los compañeros me convocaran.
–También asumiste el compromiso con la temática de Vidas robadas.
-Gracias a Dios fue una novela que sirvió para difundir mucho el tema. Hay estudios hechos por la UBA donde demuestran como la novel ayudó a concientizar y que la gente supiera lo que es la trata de personas. Ayer casualmente hable con Susana Trimarco (NdR: Madre de Marita Verón, raptada por una red de trata) y estuve en el juicio cuando ella declaró.
-¿Hay un choque fuerte entre estos temas y el mundo frívolo que promueve la TV?
-Los actores no sabemos de ese mundo frívolo. Para nosotros ese mundo no existe. Los actores no entramos en eso, en general. No vas a ver actores en esas situaciones. No es lo nuestro, no lo necesitamos. No estamos en contra tampoco, son momentos históricos, que cada uno lo puede vivir a su manera. No es algo que me perturbe. Pero sí tengo claro que ser actriz significa ser comprometida, tener un nivel de humildad, compartir con el otro, leer, leer,aprender todo el tiempo, aunque uno esté grande, grande grande. En la vida hay que seguir aprendiendo y esta profesión nos da esa posibilidad.
–Pero no te sentís grande, grande, grande., ¿o sí?
Yo me siento una niña de seis años, (risas), juego con mi nieta, que cumplió 4 años. Comparto todo lo que puedo.
–¿Como va la grabación de Condicionados?
-Va bárbaro, me divierto muchísimo, es un placer trabajar con Carnevale (el autor), lindísimo el reencuentro con Oscar Martínez, hace muchos años que no estábamos juntos, con Leticia Brédice, que la amo profundamente porque es como una hija. Siempre lo digo, es como una cachorra mía; muy contenta con Fabio Posca, con la Piccio (Ana María) mi amiga de toda la vida, que también hará de mi amiga en Condicionados.
–¿Cómo fue componer esa actriz porno?
-No tenía ni la menor cultura de lo que era ese mundo, traté de recorrer vidas, no necesitaba ver cine, sí una idea de los directores de ese mundo; entrar en contacto con mujeres que han hecho pornografía que ya son grandes, mujeres de mi edad, ver como están, como han vivido ese momento, si viven la decadencia.
-¿Fue un desafío?
-Siempre un personaje es un desafío. Este tiene algo especial, esa cosa tan grotesca, que no la hice mucho. Es muy profundo el programa, por ahí uno dice pornografía y se puede pensar, a ver, con qué salen; no Carnevale escribe con profundidad, tiene humor, claro son tan disparatados los personajes, pero tienen un grado de profundidad. Hay personajes muy bellos.
