Grupos sociales que viven en alejadas zonas del Gran San Juan y que podemos caracterizarlos como criollos, aún hoy siguen utilizando para curar sus dolencias, sean de carácter físico o psíquico, un conjunto de técnicas que en otros artículos hemos hecho referencia. Un tópico importante de esta manera de curar es la utilización de la farmacopea basada en la manejo de cantidad de especies herbarias y también recetarios sustentados en variados productos de origen animal. En general estos grupos están situados en zonas precordilleranas o en amplias localidades geográficas dominadas por la "travesía", como Vallecito, Bermejo y otros parajes cercanos, también en la zona de Los Berros y puntos aledaños, sin excluir la herbaria medicinal que se comercializa en diversos locales citadinos. Por lo general estos lugares están alejados de hospitales y puestos sanitarios, aunque la presencia de facultativos diplomados suele brindar atención, por lo que existe una especie de coexistencia entre la medicina convencional y la casera. Esta última es ejercida por individuos considerados como especialistas, cuya sabiduría ha sido trasmitida por una persona mayor, también por ciertos rituales religiosos que son enseñados usualmente "los viernes santos” o simplemente se considera que estas personas "han nacido con este don”. Cantidad de dolencias físicas son curadas o aliviadas por diferentes especies vegetales. Así el matico o la ruda generalmente son utilizados para calmar el dolor de estómago en forma de una infusión de té, aunque bien sabemos que a la ruda además se le atribuyen otra cantidad de propiedades. Otra especie a la que se recurre es el toronjil, esto es cuando se tiene bronquitis u otra dolencia de los órganos respiratorios. En estos casos se emplea lo que se denomina "cataplasma”. Otro arbusto que suele emplearse es "la sacancia”, el cual es útil para los dolores musculares o la gripe y es utilizada mezclada con aceite, conformado un ungüento que se friega sobre la zona adolorida. Así como estas especies vegetales hay innumerables más.
En lo que al mundo animal se refiere, son las grasas de ciertos animales las que se utilizan, recurriéndose tanto a la fauna salvaje como a la doméstica. Una señora que vive en Bermejo, me contaba que "la grasa de león”, -que son los pumas- "es muy buena para aliviar dolores de espalda”. Se utiliza mezclándola con aceites u otros elementos semilíquidos, formado una especie de pomada o ungüento que se tiene siempre reservado en algún lugar de la casa.
Hay otras dolencias mentales o psíquicas como "el ojeo”, "la envidia” o "daños”, consideradas dentro de las interacciones sociales de los grupos. En estos casos "la cura" está vinculada a una serie de creencias populares y entran en juego rituales mágico-religiosos.
