A partir de 2007 se cuenta con un instrumento que permite medir de manera más o menos objetiva que nivel de paz tiene cada país. El Índice Global de la Paz fue creado por el Instituto Académico para la Paz y la Economía y está conformado por 23 indicadores en donde se trata de medir que tan pacífica es la relación de un país con su entorno internacional más próximo y que nivel de ambiente social le asegura un gobierno a su propia población.
De acuerdo a estas mediciones los países más pacíficos se encuentran en Europa, entre ellos Islandia, Dinamarca y Noruega, en tanto el que más refleja la falta de paz es Siria, que ha generado a partir de 2011 un desplazamiento de 4 millones de sirios a otras naciones de Europa y América. La Argentina está ubicada en el 60 lugar, con un índice similar al de los Emiratos Árabes Unidos, Albania, Ghana, Grecia, Montenegro, Senegal y Vietnam.

El estudio para determinar el índice incluye variables internas como violencia y criminalidad y externas, como gasto militar y las guerras en las que participa el país. Tiene en cuenta, por ejemplo, el número de guerras (internas y externas) libradas; muertos en guerras externas e internas; nivel de conflictos internos; relaciones con estados limítrofes; nivel de criminalidad percibida en la sociedad; número de desplazados por unidad de población; inestabilidad política; nivel de respeto por los derechos humanos y posibilidad de actos terroristas.
También el nivel de criminalidad; probabilidad de manifestaciones violentas; número de personas encarceladas y de agentes de policía y cuerpos de seguridad. El personal militar, la importaciones de armas convencionales y financiamiento de misiones de paz de las Naciones Unidas, son otros factores determinantes.

A pesar de todo lo que comprende éste índice, adolece de algunos problemas, como no incluir indicadores sobre la violencia contra las mujeres y los niños y de que valora positivamente a aquellos países que disfrutan de la paz en tanto que otros se ocupan directa o indirectamente de su defensa.
Esta medición es útil sobre todo para mirar la evolución del nivel de paz que tienen los países a lo largo del tiempo, con el objeto de que puedan ir corrigiendo aquellos aspectos que inciden negativamente, como sucede en nuestro país con la violencia y la inseguridad.