Para evitar la quiebra, la automotriz General Motors (GM) anunció ayer un plan de recorte de 21.000 empleos. El nuevo plan de viabilidad supondrá además la desaparición este año de las marcas Saturn, Hummer y Pontiac (de unos 80 años de antigüedad), así como el cierre de 13 plantas en EEUU el próximo año.

Con esta profunda reestructuración, la firma norteamericana espera sobrevivir a la crisis financiera mundial bajo el control del Gobierno de EEUU y su principal sindicato.

El Gobierno norteamericano de Barack Obama había dicho en marzo a la firma que tiene hasta el 1 de junio para profundizar y acelerar sus planes de reestructuración, si pretende recibir más apoyo estatal.

Como parte del plan, GM lanzó una última oferta de canje de bonos para evitar la quiebra. Si fracasara el canje, GM deberá reestructurarse bajo protección por bancarrota.

El presidente ejecutivo de GM, Fritz Henderson, dijo que la automotriz se declarará en quiebra si fracasa su oferta de canje de bonos por acciones, con la que espera recortar la deuda de la firma.

La nueva GM que saldría de la reestructuración, si es exitosa, pertenecerá en un 89 por ciento al Gobierno y al sindicato de Trabajadores Automotores Unidos (UAW, por su sigla en inglés), lo que dependería de si los empleados y funcionarios estatales aprueban los planes de tomar una participación accionaria a cambio de deuda.

GM comentó que espera recortar el número de empleados por hora en EEUU a 40.000, desde los actuales 61.000. Los recortes de empleos por hora serán 7.000 a 8.000 más que el anuncio anterior.

La empresa explicó también que pretende reducir el número de concesionarios a 3.605 en el 2010, desde las actuales 6.246, y la cifra de plantas a 34 el próximo año, desde las 47 actuales, y a 31 en el 2012. La reducción de concesionarias agregará el cierre de 500 agencias cuatro años antes que en el plan previo.

La automotriz planea eliminar a Pontiac a fines del año próximo y frenará la producción de sus modelos Saturn a fines del 2009. Una venta de la marca Hummer todavía es una "posibilidad razonable", sostuvo Henderson.

Las medidas dejarán a GM, que llegó a ser la automotriz más grande del mundo, con sólo cuatro marcas -Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC- y una red de alianzas internacionales, mientras intenta vender su unidad europea Opel.

GM dijo que está trabajando para cerrar o detener seis fábricas más que las anunciadas en el plan original rechazado por el Gobierno norteamericano.

Mediante el canje de bonos, GM espera recortar obligaciones por 44.000 millones de dólares. La compañía pretende pagar la mitad de los 20.000 millones de dólares que debe al sindicato UAW con una participación accionaria de casi un 40 por ciento de la compañía reestructurada.

El Tesoro de Estados Unidos convertirá alrededor de 10.000 millones de dólares de la financiación de emergencia que ha provisto a GM desde que comenzó el año a cambio de una participación de un 50 por ciento.

Bajo los términos del canje, los acreedores tendrán hasta un 10 por ciento de las acciones comunes de GM y los accionistas existentes se quedarán con un 1 por ciento.

El Gobierno estadounidense otorgó hasta el momento 15.400 millones de dólares en préstamos a GM, pero se calcula que la empresa recibirá otros 11.600 millones antes del 1 de junio.

"El plan de GM para la deuda representa un importante paso en los esfuerzos de para reestructurar a la compañía," dijo en un comunicado el grupo asesor del Gobierno de EEUU para el sector automotor, liderado por Steve Rattner. El presidente de GM reafirmó que la empresa sigue prefiriendo reestructurarse sin tener que recurrir a la suspensión de pagos.